Practica
Haypalabras como “viudo” o “viuda” quedesignan a aquel que sobrevive a un cónyuge; o “huérfano”, a quien ha perdido tempranamente un padre. Sin embargo, no existe nominación alguna para quienha sobrevivido a un hijo. Algo del enormesufrimiento que esa situación conlleva tenga, quizá, que ver con ello. Sólo en el idioma hebreo, existe una palabra “shjol”, que designa a lapersona que ha perdido un hijo. La literatura acude tambiénen nuestro auxilio; la escritora colombiana Bella Ventura describe con un término inventado por ella la condición humana de unser que pierde a su hijo.
Pensamos que se trata de un tema tabú, serelaciona con lo prohibido, lo sagrado. Es impensable e innombrable, lo que se relaciona con el valor mágicoconvocante de las palabras, es decir, que no tiene que ser nombrado evitando así que sucedalo temido.
Afrontar la muerte de un ser querido es uno de los escollos más terribles que tenemosque superar en nuestra vida. Pero siempre es posible encontrar nuevamente el sentido a nuestraexistencia, y seguir adelante. La autoayuda puede ser muy positiva para afrontar estos duelos.
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