Psicoanalisis
Mateo Echeverri Henao
Luis Carlos palacios Mena
Dayana Narvaez Carlosama
Juan Camilo Sánchez
Natalia Torres
1.
Diagnóstico diferencial y trauma
El Diagnóstico Diferencial era la diferenciación que hacía Charcot entre los síntomas
orgánicos y los síntomas propios de la histeria por medio de una observación muy detallada
de los pacientes. Charcot usa la hipnosis para crear estados de parálisis por sugestión y
establece una equivalencia entre la sintomatología histérica y la producida por hipnosis cosa
que la separaba de otras enfermedades neurológicas y orgánicas.
El Diagnóstico Diferencial es la diferenciación que se hace de los síntomas, tomando como punto de partida su origen orgánico (Físico) o histérico (Psicológico).
Se puede decir que cuando hay un dolor físico, el paciente puede describir el dolor de
manera precisa, mientras que si es un dolor anímico es mucho más difícil para el paciente
hacerlo.
El primero que comienza a darle sentido a un diagnóstico diferencial es sin lugar a duda
Charcot, pues la herramienta principal con la que analiza a los pacientes es el sentido de la
vista (Clínica de la mirada), su capacidad para percibir pequeños detalles a través de una
observación profunda, permite clasificar los síntomas de la histeria y separarlos de aquellos
cuyo origen es una afectación orgánica.
Un ejemplo claro de este proceso es el diagnóstico diferencial realizado a los síntomas de la
epilepsia, que luego ayudan a identificar de manera precisa una histeroepilepsia. Charcot
nota que en la histeroepilepsia, a diferencia de la epilepsia, la intensidad y fuerza del ataque
es menor, se presentan movimientos más armónicos en las extremidades, el ataque no
sobreviene de manera tan repentina, los enfermos parecen luchar contra las convulsiones y
cuidarse de no causarse lesiones al caer, después del ataque se recuperan más rápido,
además de haber zonas heterogéneas que al tocarlas desencadenan o paran la crisis.
Gracias al diagnóstico diferencial se puede además hacer teoría, ya que la teoría tiene
consecuencias en la práctica pero a la vez se alimenta de ella, es el punto de partida para
entender la histeria y herramienta fundamental en el desarrollo del psicoanálisis, pues
aunque se pase de la “clínica de la mirada” a una “cura hablando” el diagnóstico siempre
será esencial para poder tratar a un paciente de manera efectiva o a lo menos correcta.
En la visita de Freud a París, Charcot le confía la tarea de realizar un estudio comparativo
de parálisis motrices orgánicas e histéricas, basado en las observaciones efectuadas por
charcot a sus pacientes (Fred,188893). A la parálisis histérica, se le atribuye la facultad de
simular afecciones orgánicas diversas, presentando algunas diferencias observables como
en el caso de la epilepsia orgánica e histérica donde los movimientos corporales son
diferentes. Algunas lesiones orgánicas, causadas por traumatismos podrían igualmente
colegir síntomas histéricos, Freud en sus tratamientos siempre se basa en un diagnóstico
médico para diferencias entre síntoma orgánico y anímico.
El Trauma
, para Freud es una fantasía irrealizable, inconciliable e inconsciente. Una
tensión y deseo insoportable que no puede llevarse a cabo. Éste al verse reprimido, intenta
desarrollarse de alguna manera, ya sea en sueños, actos fallidos, síntomas anímicos u
orgánicos, etc.
En la definición clásica de Freud los síntomas son actos nocivos o inútiles que el sujeto
realiza contra su voluntad, experimentando displacer, sufrimiento y a veces ...
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