Razonamiento inductivo

Mutantes

“Miró solo mi empapelado… y se marcho en silencio.”

Camila era una adolescente normal hasta que la vida le dio un gran empujón hacia atrás. Todo comenzó a cambiar en su interior hasta repercutir fuertemente en lo que ella llamaba “la cruda realidad”. Pero lo peor es que el cambio fue demasiado brusco.

Camila vivía con sus padres y sus dos hermanos varones. Cursaba losúltimos años del secundario. Pasaba por un trance difícil, ya que su familia no estaba pasando por un buen pasar económico y las cuentas no paraban de llover.

No le permitían trabajar, pero ella sabía que debía hacer algo, aunque no les agrade mucho a su familia. Entonces fue cuando tuvo que tomar una decisión, la más difícil de su vida.

Era la noche cuando todos dormían. Se vistió bienbonita y salió a la calle a ganarse la vida. Era solo un rato y unos buenos pesos ganados.

Al otro día le dio la noticia a su mamá que había conseguido un trabajo de dos horas limpiando la casa de unas de las preceptoras del colegio al que concurría.

Su madre pego el grito en el cielo, pero ella le dijo:

-Son dos horas nomas, má!

-No quiero que trabajes Camila!!

-Pero a la hora quevengo vos te vas a trabajar y yo puedo cuidar a los chicos tranqui.

-Hija, hija… tenes un corazón muy grande.

-No má, simplemente algo lo correcto.

Camila ingresaba al colegio a las siete y media de la mañana y salía a las trece. Después se quedaba en el comedor del colegio estudiando o haciendo su tarea. O a veces recuperando el sueño perdido en las noches.

Noche tras nochehacia lo mismo, lo peor de esto eran los clientes con los que trataba. Algunos sucios, otros limpios. Unos dulces, otros agresivos.

Allí, allí en la calle nomas, perdió su preciada virginidad, con el único objetivo de llevar algo de dinero a su hogar. Para que sus hermanitos tengan para comer, y así también, hacerles más liviana la existencia a sus padres.

Pablo era un chico común hastaque un día un cambio se apodero de él. No sabía cómo, dónde y porqué. Solo sucedió e iba a ver.

Pertenecía a una familia de clase media, muy conservadora, en donde se almorzaba a las doce, se cenaba a las veintiuna y se dormía a las veintidós treinta. No se aceptaba malas palabras en su casa y el único que tenía derecho a levantar la voz era su padre.

Todo tan exacto, todo tan perfecto.Le gustaba estar siempre acompañado de sus amigos. Era un muy buen amigo, muy sincero.

El no tenía novia, aunque cuando estaba por cumplir los dieciocho tuvo una. Ella era muy bonita y muy dulce con el pero Pablo nunca se sintió cómodo del todo. Sentía que algo no estaba bien, por eso no podía estar más con aquella chica y su sentir no pasaba porque deseara estar con otras mujeressino por otra cuestión que, él mismo, no terminaba por comprender.

Un día se levanto y fue al supermercado a comprar algunas cosas que hacían falta en su hogar. Ahí fue cuando su vida dio un vuelco verdadero. Apenas ingresaba al lugar se choco accidentalmente con un hombre musculoso y bien parecido. Se miraron y el pecho de Pablo comenzó a latir fuerte. Se asusto y corriendo se dirigió haciasu casa, con las manos vacías, es cierto, pero con el corazón lleno de algarabía.

Se sintió distinto. Un nuevo sentimiento nunca antes permitido estaba saliendo a flote. Trato de contraerlo. Realizo un trabajo mental para que ese sentimiento no saliera a la luz. Pero el sentimiento nuevo venció y comprendió que no hay que reprimir lo que siente el corazón.

Celeste era una joven simpáticay siempre dispuesta a ayudar. El compromiso de auxiliar al prójimo lo ejercía casi mecánicamente y nunca pidió algo a cambio por realizar dicha actividad.

Últimamente algo la tenía preocupada y la felicidad que la caracterizaba estaba ausente en su rostro. No tenía plata y salía a vender en los vagones del tren.

De pequeña ese era su oficio. Y lo ejerció contenta y sin vergüenza....