Reforma educacional chilena y cultura docente

Entre las razones que explican el “fracaso” de las reformas educativas están las que asignan la responsabilidad a la “cultura docente”, y están las que asignan la responsabilidad al carácter “excluyente” de las políticas educativas. Mencione, explique y argumente según el autor cada una de las posturas. (Mínimo dos autores, máximo 2 carillas)

1) “La Enseñanza y la cultura del positivismo:notas sobre la muerte de la historia” Hargreves.

Desde el segundo punto de vista, Hargreves considera que el fracaso de las Reformas se debe al impacto profundísimo que ha tenido la cultura del positivismo en nuestra vida tanto a nivel estructural como en nuestras relaciones cotidianas. Esto ha llevado no sólo a crear mitos que nos han alejado de una conciencia y perspectiva histórica críticaactiva – que lamentablemente ha terminado por apaciguar la relevancia de la historia como disciplina, pero también como pertenencia y conciencia- y que han convertido a la educación en un reducto de prácticas reproductivas y proyección al futuro.
La eficacia de la cultura del positivismo ha llevado a que realmente estemos convencidos de que el futuro no nos pertenece, llevándonos a un quietismoy a una frustración ante un devenir político que no construimos, y por lo mismo, hacen imposible modificaciones en pos de una mejora socialmente pensada. También es que este quietismo se establece desde el mito positivista que anuló la experiencia como conocimiento social válido, por lo tanto, solo dentro del cientificismo y la tecnocracia reinante se podría producir una modificación deenvergaduras sustanciales. Ahora dependería que lo que técnicamente sea posible, porque la ideología positivista y sus manifestaciones cotidianas anularon los valores éticos. Y aquí para el autor estaría lo que habría anulado la conciencia histórica. Se desvinculó de lo que antiguamente se entendía como teoría, como “una extensión de la ética y se vinculaba a la búsqueda e la verdad y la justicia”(Hargreves, : 32) La vida estaría llena de problemas técnicos que deben ser abordado con respuestas técnicas.
El objetivismo (y no la objetividad entendida como rigurosidad y responsabilidad) nos ha hecho creer que vivimos frente a leyes y conductas autónomas de intereses. Lo complicado está en que la escuela puede reproducir estas falacias y caer aun más en el ahogo y alejamiento de la comunidad de supoder político. Se abordaría entonces los problemas de una manera fragmentada, que expulsa la actividad humana como central de lo que ocurre en nuestras realidades, así se cae en una actitud hacia las estructuras políticas, económicas y sociales de impenetrabilidad, a pesar de que están día a día moldeando nuestra vida. La vida tendría ‘vida propia’ y sería autónoma de nuestra voluntad, y estoimplica entender al hombre como un sujeto pasivo y despojado.
Lo difícil es lo que el autor llama el aspecto material de la cultura del positivismo, pues ha penetrado en nuestras cotidianeidades haciendo mucho más dificultoso revertir esta situación, pues no se trataría de intereses particulares, de una conjura o una gran conspiración de unos cuantos. Aunque de todas maneras beneficia aalgunos.
Tanto ha sido el impacto de la cultura del positivismo que los educadores han afrontado esta pérdida de interés en la historia como un asunto académico – curricular, didáctico, etc. – y no como un problema político. O sea, se aborda nuevamente en términos técnicos.
Sin contar que en la formulación de las políticas curriculares en educación están aún circulando pensamientos tradicionalistascomo empiristas que no han asumido abiertamente su condición paradigmática y que comparten los supuestos del positivismo. Si se dijera abiertamente su condición de paradigma los profesores podrían presentarlo como un punto de vista y no como un conocimiento suprahistórico y universal. En el plan curricular, entonces, los docentes se posicionarían como productores de historia también, junto a sus...