Resumen Carta Encíclica Veritatis Splendor

Carta Encíclica Veritatis Splendor
Juan Pablo II
Resumen

El Beato Papa Juan Pablo II, el día 6 de agosto de 1993, escribe esta carta encíclica que trata sobre algunas cuestiones de la enseñanza moral de la Iglesia, dirigida a los obispos del mundo.

Comienza diciendo: “El esplendor de la verdad, ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre, ayudando a conocer y amar al Señor”.Introducción
Todo hombre es llamado a la salvación por la fe en Jesucristo “luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9); sin embargo, el hombre es tentado continuamente a apartar su mirada del Dios vivo y verdadero y dirigirla a los ídolos. Esto mueve al hombre al relativismo y al escepticismo, buscando una libertar ilusoria fuera de la verdad misma. El pecado no puede eliminartotalmente la luz de Dios.

La luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucristo: “realmente el misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado”. Jesucristo, “luz de los pueblos, ilumina el rostro de su Iglesia, la cual es enviada por él para anunciar el Evangelio a
toda criatura”.

Es la consciencia de la Iglesia el deber de escrutarpermanentemente los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del evangelio, como el sentido de la vida presente y futura. La Iglesia sabe precisamente que en la senda de la vida moral está abierto a todos, el camino de la salvación.

Esta carta encíclica tiene por objeto la reflexión sobre el conjunto de la enseñanza moral de la Iglesia, con el fin preciso de recordar algunas verdadesfundamentales, ya que corren el riesgo de ser deformadas o negadas. Se destaca la discrepancia entre la respuesta tradicional de la iglesia y algunas posiciones teológicas, difundidas en seminarios y facultades teológicas, sobres cuestiones de máxima importancia para la iglesia, la vida y fe de los cristianos y la convivencia humana. En el ámbito moral existe un pluralismo de opiniones y comportamientos,dejados al juicio de la conciencia subjetiva individual o a la diversidad de condiciones sociales y culturales.

El catecismo de la Iglesia Católica presenta la vida moral de los creyentes en sus fundamentos y en sus múltiples contenidos como vida de “los hijos de Dios”, por lo que la encíclica se limitará a afrontar algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral.

Capítulo I“Maestro, ¿Qué he de hacer de bueno…? (Mt. 19, 16)

Cristo y la respuesta a la pregunta moral
En el diálogo de Jesús con el joven rico se constituye un útil, la aspiración central de toda decisión y de toda acción humana, que es la búsqueda secreta y el impulso íntimo que mueve la libertad. Es el eco de la llamada de Dios, origen y fin de la vida del hombre. El concilio Vaticano II ha invitado aperfeccionar la teología moral, para que los hombres puedan realizar el encuentro con Cristo y la iglesia muestre el camino para ello.
“Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?” (Mt 19, 16).
El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la buena nueva.
El hombre quiere comprenderse hasta el fondo de sí mismo y no solo según pautas y medidas de suser, con su inquietud, incertidumbre e incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercase a Cristo”.

Jesús responde al joven como de la mano, paso a paso, hacia la verdad plena.
Jesús dice: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mt 19, 17).

Jesús quiere que el joven se aclarea sí mismo el motivo por el que lo interpela. Interrogarse sobre el bien significa, en último término, dirigirse a Dios, que es plenitud de la bondad. La pregunta del joven es religiosa. Jesús reacciona la cuestión de la acción moralmente buena con sus raíces religiosas de Dios, única bondad. Conócete a ti misma, alma hermosa: tú eres la imagen de Dios escribe San Ambrosio. Dentro del hombre...