Revolución mexicana y liberación femenina

Revolución Mexicana y Liberación Femenina

Agosto 2010
Escrito por: Paulina Lecanda Álvarez

Blanco-negro, natural-artificial, bueno-malo, fuerte-débil, limpio-sucio, día-noche, hombre-mujer. En nuestras mentes resuenan estos polos con fuerza y con frecuencia. Le dan estructura a los marcos que nos ayudan a comprender el mundo. Son binarismos que están tan enclavados ennuestro discurso que los percibimos como naturales, como parte del mundo que está allá fuera. Hombre-mujer: esencialmente distintos, opuestos, complementarios, pero distintos.

El problema surge cuando la distinción se enmarca en una jerarquía, no es sólo que no seamos iguales, sino que unos son cualitativamente mejores que las otras, tienen más oportunidades y son más libres. Las tareas seclasifican en razón del sexo: son los hombres los que realizan todo lo que tiene que ver con lo público y las mujeres se reservan al ámbito de lo privado. Los hombres a la calle a traer el sustento y a hacer la vida política y las mujeres a la casa a cuidar a los hijos, administrar el hogar y servir a los maridos.

Hay mujeres que ahora escuchan esta repartición y se incomodan, quizás otrasse sorprendan, otras pensarán que es injusto, que no es real. Las reacciones de estas mujeres hoy en día son posibles gracias a la lucha de muchas otras mujeres en el mundo y en nuestro país, que se esforzaron y aún se esfuerzan para lograr condiciones más equitativas y terminar con la subordinación femenina. Es decir, tratan de cambiar toda una cultura que se expresa en un sistema al que lasmismas feministas han llamado patriarcado. Patriarcado es el sistema de dominación masculina y se identifica como la causa de la opresión de las mujeres, es el despliegue del poder masculino sobre las mujeres en todos los contextos de la vida, públicos y privados.

En la vida pública y en la vida privada hay inequidades entre los sexos. No basta con que las mujeres podamos salir a trabajar,a estudiar, a votar; la equidad en los hogares es también y quizás más necesaria. Una repartición equitativa de las tareas, que las mujeres puedan decidir sobre su propio cuerpo, sobre el curso que debe tomar su vida y sobre su sexualidad son prerrequisitos de la autonomía. Y la autonomía es la hermana de la libertad.

Las mujeres feministas se dieron cuenta de esto desde hace tiempo,curiosamente es en el clima de las revoluciones –como la Revolución Francesa y la Revolución Mexicana-- donde sus voces se han alzado lo suficiente para hacerse visibles, con todo y que históricamente varias fuerzas las han tratado de silenciar. La lucha por la liberación femenina se ha librado en los dos frentes: se trata por un lado de llegar a un número cada vez mayor de mujeres para hacerlasconscientes de la situación de injusticia que pueden vivir en su vida privada, y por el otro de pugnar para que en la vida pública las mujeres tengan acceso a espacios de decisión, de trabajo y de estudio al igual que los hombres y para que desde los Estados se combata la discriminación y violencia contra las mujeres y se reconozcan, protejan y promuevan sus derechos.

En México, como en losdemás países de Latinoamérica, las mujeres feministas han tenido que combinar sus luchas con otras que perseguían causas distintas. Las dictaduras militares, la pobreza, las profundas diferencias sociales y la falta de respeto a los derechos humanos han forzado a las mujeres de la región ha luchar simultáneamente por la causa feminista y para acabar con las demás injusticias que se dan en nuestrospaíses (Arroyo, 2007).

Sin embargo, la historia de la liberación de las mujeres en nuestro país debe comenzar a contarse desde mucho antes. Ya que las mujeres de cada época aportaron, de formas diversas, a configurar las condiciones de vida de las mujeres del México de hoy. La acción de transgredir los límites impuestos es ya una acción de protesta, que aunque no siempre es organizada,...