Sano juicio, eduardo anguita
Esta es la breve introducción que podemos leer en la contratapa del libro. Ya sabemos que nos vamos a enfrentar con un textoconmovedor, de lucha, de un tema que nos compete (o nos debería competer) a todos los argentinos, y a todos los ciudadanos del mundo quizá.
Todo comienza, como dice la introducción, cuando elfiscal Carlos Castresana toma la iniciativa y presenta la denuncia la primera junta militar argentina. Obviamente, muchos habían tenido la intención de hacerlo, pero ello siempre se pensó como una locura,ya que se buscaba que en España se juzguen hechos sucedidos en Argentina hace 20 años, y sin haber ningún tipo de antecendente de algo parecido. Castresana lo hizo, sabiendo que probablemente luegose alegaría que después de 20 años habría de prescribir. Ante la duda, tomó la decisión de hacerlo. Carlos Slepoy, del que hablaremos en breve, se entera por periódico de la noticia, y busca de todasmaneras contactarse con alguien que sepa de la noticia, ya que prontamente serían las pascuas y todos estarían de vacaciones, y él se quedaría con una enorme intriga.
“Carli” Slepoy es argentino.Durante su juventud, fue militante universitario del PRT-ETP (Partido Revolucionario de los Trabajadores), de influencia marxista leninista. Eran épocas difíciles en nuestro país, con el advenimiento dela dictadura. Fue entonces que muchos de sus amigos eran secuestrados, algunos volvían, y otros pasarían a formar parte de une terrorífica cifra de “desaparecidos”. Un día, corriendo marzo de 1976,...
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