saussure
I
Con cierta frecuencia, se dice que resulta difícil hacer comenta-
rios sobre el arte. Incluso cuando está compuesto por palabras en
las artes literarias, yaún más cuando está compuesto por pigmen-
tos, sonidos, piedras o cualquier otra cosa en las artes no literarias,
parece que existe en un mundo propio, más allá del alcance del dis-
curso. Enefecto, no sólo es difícil hablar de él; también parece inne-
cesario hacerlo. Habla, como decimos, por sí mismo: un poema no
debe significar, sino simplemente existir; si hemos de preguntarnosqué es el jazz, es que nunca llegaremos a conocerlo.
Los artistas perciben esto de un modo especial. Muchos de ellos
consideran que lo escrito y dicho acerca de su obra, o acerca de laobra que admiran, acierta en el mejor de los casos, y provoca confu-
sión en el peor. «Todo el mundo quiere entender el arte», escribió
Picasso, «¿por qué no prueban a entender el canto de unpájaro?...
La gente que intenta explicar pinturas no hace generalmente sino pe-
dir peras al olmo.»1
Ahora bien, si esa sentencia nos parece excesi-
vamente vanguardista, ahí tenemos a Millet,resistiéndose a su clasi-
ficación como saintsimonista: «Las habladurías en torno a mi
Cavador me parecen muy extrañas, y os agradezco me las deis a co-
nocer, pues ello me da una nueva ocasiónpara admirarme de las ideas
que la gente me atribuye.... Mis críticos son hombres de gusto y edu-
cación, pero yo no puedo meterme en sus zapatos, y como desde que
nací jamás he visto otra cosasino campos, intento decir de la mejor
manera lo que veía cuando estaba en la obra».2
Sin embargo, cualquier persona sensible a las formas estéticas
siente algo similar. Aun aquellaspersonas que no tienen arrebatos
místicos o sentimentales, y que ni siquiera son dadas a arranques
de devoción estética, se inquietan cuando la conversación sobre una
obra de arte en la que...
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