Semana santa
En los últimas días, como cada año, he estado escuchando las amargasquejas de algunos (no todos) de los prestadores de servicios turísticos de San Carlos, y de acuerdo a la costumbre anual, reiteran su repudio a la presencia de decenas de miles de jóvenes que durante laSemana Santa arriban a ese lugar con deseo de divertirse, muy de acuerdo a lo que todos los mayores, alguna vez, también hicimos.
Lo menos que dicen es que son una multitud de drogadictos ydelincuentes que vienen a San Carlos a destruir totalmente toda esa área, y fue precisamente por la presión ejercida por estos empresarios lo que finalmente borró la posibilidad de volver a hacer aquelloseventos masivos que tuvieron trascendencia a nivel internacional. Sin embargo, aún así, los chamacos siguen viniendo a buscar el desgaste de sus energías a este lugar.
Algunos de los quejosos llegan máslejos. Cierran esos días sus negocios porque temen que lleguen la horda de salvajes y les incendien sus locales, porque de acuerdo a su criterio, son pura gente del nivel medio económico hacia abajo,donde (según ellos también) está la peor escoria de la sociedad.
Sin embargo, amigo lector, esos mismos empresarios que se quejan furiosamente contra toda esa juventud que tiene todo el derecho delmundo a divertirse, son los mismos que permiten los peores desmanes que se provocan durante las mentadas reuniones de Aesmac, cuyo objetivo inicial hace algunos años se fue perdiendo, y hoy sonsolamente fiestas donde se permite de todo, absolutamente de todo. Me atrevo a decirlo: aún más de lo que sucede durante el período de Semana Santa.
Gente que trabaja en San Carlos, en algunos de sushoteles, lo dice: durante los festejos de marras, todas las mañanas es común encontrar a jovencitos y jovencitas tirados en los jardines y albercas de esas hosterías, algunos completamente desnudos,...
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