Semanario de caracas
Título: Política
Fecha de publicación: 16-12-1810
Publicación: Semanario de Caracas
Después de haber sentado que la voluntad general de un Pueblo ó Naciones es el verdadero y propio Soberano, se sigue naturalmente quería ella, no hay Soberanía, ni autoridad que sea legítima, sino dimana, ó se deriva de esa fuente, origen ó principio de los poderes legislativo,executivo, ó coactivo, y jurisdiccional; pues siendo todos los individuos y su voluntad los que constituyen la fuerza física y moral de los Estados para su orden y seguridad, sería una manifiesta usurpación ó tiranía arrogarse el mando sin que se transmitiese por el Pueblo legítimamente congregado, precediendo aquellas formalidades prescritas; ó que por un tácito consentimiento se subsanase su faltalegitimándose con la posesión.
Es esta una verdad muy conocida y clara. Para convencerse de ella, solo basta saber que no puede haber autoridad legítima si no es conferida expresamente ó tácitamente consentida por el Pueblo, ó Nación sobre que ha de ejercerse. De otra manera estaría al arbitrio de cualquiera ambicioso erigirse en Tirano, usurpándose la Soberanía, y mandando en tono absoluto sobrela vida, honor y bienes de los hombres. No habría pacto social expreso, ni tácito: la fuerza sería superior á la razón: estaría de más, ó sería inútil ser racionales, y serían despojados de su apreciable libertad por él que más pudiese.
No pudiendo pues negarse jamás que los miembros de todos los Estados civilizados, y cultivados con la razón ilustrada, vista baso de ciertas leyes que se llamanfundamentales, porque son, ó contienen la regla y fundamento con que depositaron el poder en un Rey, Príncipe, Senado, ó en la Asamblea del Pueblo formalmente congregada: con que constituyeron, ó establecieron su gobierno: y con qué guarnecieron su libertad, su orden y seguridad, ó se escudaron contra los abusos y excesos de la ambición, injusticia, arbitrariedad y despotismo; debe al mismo tiempoconfesarse que para que alguno ejerza la Soberanía, ó mande Jefe sobre una Nación, es necesario absolutamente que ese poder se le haya transmitido conforme á esas leyes puestas desde el establecimiento de la Sociedad, ó en el discurso de ella.
Es entonces que los individuos deben prestar obediencia al que así manda, y este exigirle justamente usando de la fuerza contra el que le resiste. De laPotestad así constituida es que se dice que todos obedezcan á las Potestades, y que el que las resiste, resiste á la orden de Dios. En efecto obtenido el mando de una Nación por las leyes y formas establecidas por su voluntad general, y declarada por esta la Divina, es un crimen la resistencia: el desorden es cierto: la confusión inevitable; y sus consecuencias la anarquía con que se dará ocasión áque se usurpasen el mando los Tiranos, y estos seguramente no reinarían por Dios, sino por el Demonio.
Dedúcele de esto que abandonada la Nación Española por la ausencia y cautiverio de su desgraciado Rey Fernando y expuesta á las terribles furias del más ambicioso de los hombres; se deshizo el pacto social: recuperó toda su libertad, y fue necesario que eligiese un Gobernador, ó conformándosecon las leyes fundamentales del reino, si las había para este extraordinario caso, ó celebrando nuevos contratos sociales los mas propios y convenientes á su situación y estado. De otra manera ¿con que título pretende alguno gobernar en jefe esta Nación noble, altiva y generosa?
Está demás decir que la Regencia de Cádiz es un Tirano que se usurpa, ó quiere usurpar la representación soberana deFernando en todo el Reino, sin habérsela conferido la voluntad general, precedidas las citaciones, convocaciones, congregaciones y formalidades que previno en el establecimiento de su gobierno político, para los casos y ocurrencias. Nadie ignora la ocasión y modo; la situación y circunstancias en que parte de los miembros de la Jonia central, fugitivos de Sevilla después que los Franceses entraron...
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