sentimiento religioso de cesar vallejo
En otoñode 1983 el matrimonio Odone regresaba a vivir a Washington, D.C., con Lorenzo, su robusto hijo de cinco años, tras haber pasado tres en las islas Comoras, frente a la costa oriental de África.Augusto, que trabajaba como economista en el Banco Mundial, había ido a aquellas tierras a preparar un plan de desarrollo para la naciente república.
Sin motivo aparente, el niño empezó a arrastrar laspalabras. Sólo sus padres lo detectaron, luego vinieron los berrinches. Cuando iba al baño en la escuela, se perdía. Preocupada, su madre lo llevó a que le practicaran unos estudios, pero los neurólogoslo encontraron totalmente sano. Opinaron que era probable que Lorenzo fuera hiperactivo.
Lorenzo padecía una rara enfermedad llamada adrenoleucodistrofia (ALD), que destruye progresivamente lasustancia blanca del cerebro. No existía cura para la ALD. Los médicos le dijeron: “su hijo perderá el habla, la vista, las funciones motoras y, por último, morirá”. El neurólogo Hugo Moser y su esposa Ann,bioquímica, eran expertos de fama mundial en el ALD y trabajaban en el Instituto John F. Kennedy para Niños Impedidos, en Baltimore, Maryland. Ambos confirmaron la enfermedad de Lorenzo.
Desde antesde que se confirmara el diagnóstico, los Odone decidieron aprender todo lo que pudieran acerca de esa enfermedad.
- No se molesten: no se ha escrito mucho sobre esa enfermedad, y lo poco que hay nopodrían entenderlo – les aconsejó un joven médico al que pidieron que les recomendara literatura sobre el tema. Su tajante respuesta enojó a los Odone y fortaleció su resolución.
Al día siguiente sedirigió a la biblioteca de los Institutos Nacionales de Salud. Aunque sabía mucho de derecho y economía, todo lo contrario sucedía con sus conocimientos de medicina. Pero si un monstruo llamado ALD...
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