Señorita

Discurso sobre las Pasiones del Amor

Existen de este discurso dos copias manuscritas, descubiertas, una en 1842 por Victor Cousin, y la otra en 1907. La primera lleva la siguiente mención: “Se leatribuye a M. Pascal”. Atribución que fue aceptada en un principio casi por unanimidad (Batroux, Faguet, Giraud, Brunschvicg, Michaut, Lanson, Saulnier, Ducas).
El hombre ha nacido para pensar; deahí viene que no permanezca un momento in hacerlo.
La vida del hombre es miserablemente corta. Es costumbre contarla desde la entrada en el mundo; pero yo no la contaría sino desde la entrada en razón,y desde que se han sentido las sacudidas de la razón, lo cual no acontece generalmente antes de los veinte años. Antes de esta edad se es un niño, y un niño no es un hombre.
En un alma grande todo esgrande.
¿Hay que amar? Esto no debe preguntarse, esto debe sentirse: no hay manera de decirlo por la razón. Uno se siente llevado a ello, y, si reflexiona, se equivoca.
La claridad del espíritucausa también la claridad de la pasión; por eso un espíritu grande y claro ama con ardor y ve distintamente lo que ama.
Hay dos suertes de espíritus: el uno, el geométrico; el otro, el que pudiéramosllamar delicado.
El primero tiene visiones lentas, duras e inflexibles, pero el segundo tiene una agilidad de pensamiento que aplica a la vez a las diversas partes amables de lo que ama. Con los ojosalcanza a ver el corazón y por el movimiento de afuera, conoce lo que pasa dentro.
Cuando se posee a la vez estas dos formas de espíritu, ¡cuánto placer proporciona el amor! Porque se posee a la vezla fuerza y la flexibilidad espirituales tan necesarias a la elocuencia entre dos personas.
Todos nacemos con un carácter de amor en nuestros cuerpos, que se desarrolla a medida que el espíritu seperfecciona, y que nos lleva a amar lo que nos parece bello, aun sin haber sabido nunca en qué consiste la belleza. ¿Quién duda después de eso, que, precisamente, si estamos en el mundo, es para amar?...