sin esperanza
Páginas: 3 (734 palabras)
Publicado: 9 de octubre de 2013
Sin Esperanza.
Hola, soy Art Spiegelman y hace un tiempo visite a Maurice Sendak en su idílica propiedad de Connecticut, donde el premiado ilustrador acababa de finalizar Sin esperanza con Jack yGuy, un libro infantil sobre niños sin casa que viven en un basurero.
Era de mañana. Sendak iba apoyado en su bastón junto con su perro pastor alemán. Vestía una camisa de cuadros, unos pantalonesde pana y unos zapatos de golf. Yo estaba igual de informal.
M. S.: …y no redibujé ningún dibujo para Sin esperanzas… Fue solo como ¡Gagoomba! Desde el principio hasta el final. Hacía un dibujo cadanoche, como cuando tenía doce años –me dijo, mientras caminábamos por el claro del bosque cerca a su mansión.
A. S.: ¡Envidio eso! Yo hago como 20 bocetos por cada dibujo terminado y siempre mepersigue la amenaza de que la gente descubra mi pequeño secreto: que no puedo dibujar.
Prendí un cigarrillo.
M. S.: Sí. Así era mi vida también: tormentas y tensiones. Y mis amigos se iban: no estáhaciendo un libro, está construyendo un ataúd –levantó las manos–. Pero eso ya se acabó. Tengo 65 -estoy con una pata en la tumba- y finalmente me dediqué a disfrutar la vida.
El bosque comenzó aopacarse como un bosque oculto de cortesanos buscando princesas. Sendak se puso meditabundo.
M. S.: Tiene que ver también con algunos amigos jóvenes que murieron de sida… con estudiar a Melville…–continuó– Estoy ilustrando ahora su libro más delicado: Pierre…
A. S.: ¿Estás haciendo un libro para adultos? –le dije sobresaltado, casi que cayéndoseme el cigarrillo.
M. S.: Libros para niños… librospara adultos… Eso es solo mercadeo. ¡Los libros son libros!
Yo no estaba de acuerdo. Pensé en Maus. Creí ver mis dibujos a nuestras espaldas.
A. S.: Claro. Pero cuando los papás le danMaus, mi libro sobre Auschwitz, a sus hijos pequeños… creo que eso es maltrato infantil –le dije–. ¡Yo quiero proteger a mis hijos! –mi cara se iluminó–. Cuando a Nadja, mi hija de 6 años, le...
Hola, soy Art Spiegelman y hace un tiempo visite a Maurice Sendak en su idílica propiedad de Connecticut, donde el premiado ilustrador acababa de finalizar Sin esperanza con Jack yGuy, un libro infantil sobre niños sin casa que viven en un basurero.
Era de mañana. Sendak iba apoyado en su bastón junto con su perro pastor alemán. Vestía una camisa de cuadros, unos pantalonesde pana y unos zapatos de golf. Yo estaba igual de informal.
M. S.: …y no redibujé ningún dibujo para Sin esperanzas… Fue solo como ¡Gagoomba! Desde el principio hasta el final. Hacía un dibujo cadanoche, como cuando tenía doce años –me dijo, mientras caminábamos por el claro del bosque cerca a su mansión.
A. S.: ¡Envidio eso! Yo hago como 20 bocetos por cada dibujo terminado y siempre mepersigue la amenaza de que la gente descubra mi pequeño secreto: que no puedo dibujar.
Prendí un cigarrillo.
M. S.: Sí. Así era mi vida también: tormentas y tensiones. Y mis amigos se iban: no estáhaciendo un libro, está construyendo un ataúd –levantó las manos–. Pero eso ya se acabó. Tengo 65 -estoy con una pata en la tumba- y finalmente me dediqué a disfrutar la vida.
El bosque comenzó aopacarse como un bosque oculto de cortesanos buscando princesas. Sendak se puso meditabundo.
M. S.: Tiene que ver también con algunos amigos jóvenes que murieron de sida… con estudiar a Melville…–continuó– Estoy ilustrando ahora su libro más delicado: Pierre…
A. S.: ¿Estás haciendo un libro para adultos? –le dije sobresaltado, casi que cayéndoseme el cigarrillo.
M. S.: Libros para niños… librospara adultos… Eso es solo mercadeo. ¡Los libros son libros!
Yo no estaba de acuerdo. Pensé en Maus. Creí ver mis dibujos a nuestras espaldas.
A. S.: Claro. Pero cuando los papás le danMaus, mi libro sobre Auschwitz, a sus hijos pequeños… creo que eso es maltrato infantil –le dije–. ¡Yo quiero proteger a mis hijos! –mi cara se iluminó–. Cuando a Nadja, mi hija de 6 años, le...
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