Sobre La Ansiada Objetividad

La ansiada objetividad

Por: Pablo Scatizza

Entre todas las preocupaciones mundanas, pocas son tan recurrentes como el de la objetividad del discurso. Inevitablemente, y de manera periódica, eltema aparece de una u otra forma en cuanta discusión mediática se establezca, como un oscuro espíritu que se hace necesario exorcizar a través de un certero conjuro de palabras. Como si la certeza dela objetividad del discurso produjera, en quienes lo reciben, una suerte de seguridad amparada por una inmaculada y virgen verdad.
Creo que esto sucede debido a la directa relación que existe entrelos conceptos de objetividad y verdad, y por ello no resulta aventurado conjeturar que esta recurrencia de la que hablamos se deba al ilusorio y humano deseo de poder alcanzar una certeza última, unaverdad irreductible. Una búsqueda relacionada con la voluntad que tiene el ser humano de vivir gregariamente y en sociedad, y para lo cual precisa un “tratado de paz” -como dice Nietzsche- que tiene ensí algo que promete ser el primer paso para la consecución del enigmático impulso hacia la verdad. “Porque en este momento –explica Nietzsche en «Sobre verdad y mentira en sentido extramoral»- sefija lo que desde entonces debe ser verdad, es decir, se ha inventado una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria, y el poder legislativo del lenguaje proporciona también las primerasleyes de la verdad, pues aquí se origina por primera vez el contraste entre verdad y mentira”. Surgen así las convenciones, signadas por las palabras que, a su vez, no son más que interpretaciones delo que cotidianamente percibimos con los sentidos. Sabemos certeramente que una manzana es una manzana cuando la tocamos, la olemos y la saboreamos, no cuando nos dicen que un determinado objeto esuna manzana. E incluso eso que vemos y olemos no es realmente una manzana, si no un objeto que, por una convención, por un “tratado de paz” -en términos nietzchianos-, fue denominado manzana.
Así,...