sociales

La figura del maestro era tan prestigiosa como la del párroco o la del alcalde. Hoy en día es un oficio más anónimo, pero con la misma gran responsabilidad: educar a la sociedad.



Dice LibiaCardona, empleada doméstica de 56 años, que cuando era niña y estaba en primaria, su profesora utilizaba la regla no sólo para cuantificar medidas, sino para reprender a aquellos estudiantes queincumplían con los deberes.



Ella, nacida en Caramanta (Antioquia), dice que nunca le tocó soportar uno de estos castigos porque siempre se caracterizó por ser una buena estudiante, pero querecuerda como varios de sus compañeros tenían que estirar las manos para recibir uno o varios golpes por parte de su maestra.



La educación de antaño promulgaba este tipo de prácticas, castigos quecomo las orejas de burro o los trabajos físicos para los estudiantes desobedientes, se hacen impensables en las instituciones educativas de la actualidad, donde precisamente uno de los factores acombatir es la violencia.



Pero no sólo han cambiado los castigos implementados por el maestro, sino el rol que éste representa para una sociedad, pues ha dejado de ser ese personaje imponente yprestigioso, referente obligado en los pueblos, para representar esa figura quizá más anónima, pero igual de importante para el desarrollo de una comunidad.



A continuación, 2 maestras de oficio ycorazón, evocan el rol social del docente y hacen un paralelo del antes y el ahora.



El antes



María Eugenia Giraldo Ciro, docente de la Institución Educativa Samuel Barrientos de laComuna 13, quien ha ejercido esta profesión por 37 años, dice que a ella no le tocó vivir ningún tipo de castigo físico por parte de sus maestros en su natal Peñol (Antioquia), donde la figura de estospersonajes, más allá de representar el terror, era sinónimo de respeto.



“El maestro era un líder en todo sentido, era emprendedor de proyectos, por eso era tan respetado por todo el mundo,...