Teoría Psicoanalítica - Resumen - Punto Xiv

14) La segunda tópica. Insuficiencia de la primera para dar cuenta de los problemas de la clínica.
1923: El yo y el ello. Capítulos II y V.
1924: El problema económico del masoquismo.
1930 [1929]: El malestar en la cultura. Capítulos VII y VIII.

A) Diferencia entre lo reprimido y el ello: la mudez pulsional.
La conciencia es la superficie del aparato anímico; por su función, esespacialmente el primer sistema contando desde el mundo exterior. Son cc todas las percepciones (sensoriales) que vienen desde afuera; y, de adentro, las sensaciones y sentimientos. Ahora, ¿los “procesos de pensamiento” van a la conciencia, o ella va hacia ellos?
La diferencia entre una representación icc y una prcc consiste en que la primera se consuma en un material que permanece no conocido, mientras enla segunda se añade la conexión con representaciones-palabra. Por tanto, para que algo devenga conciente, mejor dicho, preconciente, debe añadirse a representaciones-palabra. Ellas son restos mnémicos; una vez fueron percepciones y, como tales, pueden devenir concientes. Y salvo los sentimientos, lo que desde adentro quiere devenir conciente debe trasponerse en percepciones exteriores. Por tanto,la conciencia permanece en su lugar, pero tampoco el Icc va a ella.
En cuanto al «yo», lo vemos partir del sistema P, como de su núcleo, y abrazar primero al Prcc, apuntalado en los restos mnémicos; pero el yo es, además, icc. En cambio, el «ello» es lo otro psíquico en que aquél se continúa y que se comporta como icc. Un individuo es ahora un ello psíquico, no conocido e inconciente, sobre elcual, como una superficie se asienta el yo, desarrollado desde el sistema P. El yo no envuelve al ello por completo, sino sólo en la extensión en que el sistema P forma su superficie; y no está separado tajantemente del ello: confluye hacia abajo con él. Pero también lo reprimido confluye con el ello, es una parte de él. Lo reprimido sólo es segregado del yo por la represión, pero puede comunicarcon el yo a través del ello.
El yo se forma en buena parte desde identificaciones que toman el relevo de investiduras del ello, resignadas; las primeras de estas identificaciones se comportan como una instancia particular dentro del yo, se contrapone al yo como superyó, en tanto que el yo fortalecido, más tarde, acaso ofrezca resistencia a tales influjos. El superyó debe su posición particulardentro del yo o respecto de él a un factor que se aprecia desde dos lados: el primero, es la identificación inicial, ocurrida cuando el yo era endeble; el segundo, es el heredero del complejo de Edipo, y por tanto introdujo en el yo los objetos más grandiosos. Proviene del complejo paterno: tiene la facultad de contraponerse al yo y dominarlo. Es el recordatorio de la endeblez y dependencia que el yotuvo en el pasado y mantiene su imperio aún en el yo maduro -el yo se somete al imperativo categórico de su superyó-.
Hay quienes muestran una reacción terapéutica negativa: un sentimiento de culpa que se satisface en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo del padecer. Él es mudo para el enfermo, que no se siente culpable.
El sentimiento de culpa normal, conciente, descansa en la tensiónentre el yo y el ideal del yo. En la neurosis obsesiva y la melancolía, aquél es conciente de modo hiperintenso. Pero en el primer caso no puede justificarse ante el yo y éste se revuelve contra la imputación de culpabilidad. El superyó supo más que el yo acerca del ello icc. En la melancolía, el yo se confiesa culpable y se somete al castigo; el objeto receptor de la furia del superyó fueacogido en el yo por identificación.
En la histeria, en cambio, el sentimiento de culpa permanece icc. El yo se defiende de la percepción penosa mediante un acto de represión, por encargo del superyó, pero esa arma se vuelve contra su amo; por tanto, se debe al yo que el sentimiento de culpa permanezca icc.
Parte del sentimiento de culpa tiene que ser icc, porque la génesis de la conciencia moral se...