Trabajo

VIGILAR Y CASTIGAR

El escritor Michel Foucault en este libro en el capitulo dos en el numeral tres hace referencia al castigo generalizado, como la necesidad de un castigo sin suplicio ya que aun cuando sea el peor de los asesinos se tiene que respetar una cosa al menos cuando se castiga que es “su humanidad”, así mismo menciona que llegara un momento en que el hombre descubierto en un crimensea blanco de la intervención penal y se le pretenda corregir y transformar, en el campo de las ciencias y de las practicas extrañas coño las “penitenciarias y las criminológicas”. Además sostiene que la delincuencia aumenta según los observadores, y lo afirman aquellos que son partidarios de un mayor rigor y también, quienes piensan que una justicia más mesurada es su violencia será más eficaz,menos dispuesta a retroceder ante sus propias consecuencias, lo afirman los magistrados que se dicen desbordados por el numero de procesos “la miseria de los pueblos y la corrupción de las costumbres han multiplicado los crímenes y los culpables” .

La derivación de una criminalidad de sangre a una delincuencia de fraude forma parte de un mecanismo complejo en el que se figuran el desarrollode la producción, el aumento de las riquezas, una valoración jurídica y moral más intensa de las relaciones de la propiedad, métodos de vigilancia más rigurosos, una división de zonas más ceñida de la población, técnicas más afinadas de localización, de captura y de información: el desplazamiento de las prácticas ilegales es correlativo a una extensión y un afinamiento de las practicas punitivas.Cita que lo que se manifiesta es sin duda es menos respeto por la humanidad de los condenados porque los suplicios son todavía más frecuentes incluso para los delitos leves, ya que la tendencia hacia una justicia sutil y fina es prácticamente difícil, porque los crímenes violentos se elevan, la intolerancia por los delitos económicos aumentan, los controles se hacen más densos y lasintervenciones penales más precoces y más numerosas a la vez. Por otra parte si se confronta este proceso con el discurso crítico de los reformadores se puede coincidir una estrategia notable que es lo que atacan en efecto en la justicia tradicional, antes de establecer los principios de una nueva penalidad, es indudable el exceso de los castigos, pero un exceso que va unido mas a una irregularidad que aun abuso del poder de castigar.

La justicia penal es irregular, ante todo por la multiplicidad de instancias encargadas de su cumplimiento que no constituyen una pirámide única y continua. La humanidad de las penas es la regla que se da a un régimen de castigados que debe de fijar sus límites al uno y al otro. El hombre al que se quiere hacer respetar en la pena es la forma jurídica y moral quese da a esta doble delimitación. Para ser útil, el castigo debe de tener como objetivo las consecuencias del delito, entendidas como la serie de desordenes capaz de iniciar. “La proporción entre la pena y la calidad del delito está determinada por la influencia que tiene, sobre el orden social, el pacto que se viola”.

La semiotécnica con que se trata de armar el poder de castigar en lassiguientes reglas: de la cantidad mínima, de la idealidad suficiente, de los efectos laterales, de la certidumbre absoluta, de la verdad común y de la especificación óptima.

Finalmente el derecho de castigara sido trasladado de la venganza del soberado a la defensa de la sociedad.

“Que las penas sean moderadas y proporcionadas a los delitos, que la muerte no se propicie ya sino contra losculpables de asesinato, y que los suplicios que indignan a la humanidad sean abolidos .

En el numeral cuatro la benignidad de las penas, cita que el arte de castigar debe apoyarse, por lo tanto, en toda una tecnología de representación. “No se logra nada encerrando a los mendigos en prisiones infectadas que son más bien cloacas”. Habrá que obligarlos a trabajar. “Utilizarlos es el mejor medio de...