Un caso de fobia infantil. presentación clínica

PRESENTACIÓN CLÍNICA. UN CASO DE FOBIA INFANTIL
CARMEN LEÓN PLAZA

Cuando unos padres consultan por un niño a un psicoanalista, suelen venir desconcertados, desorientados y casi siempre preocupados. Movidos por la persistencia del síntoma, se deciden a consultar. Puede que uno solo de ellos sea el portador de la demanda; puede que el otro se oponga a la consulta, o que acceda, desde laindiferencia, por complacer al que la pide. En cualquiera de los casos, aquí empieza ya a tenerse una transferencia con el analista, la naturaleza de la cual tendrá mucho que ver con lo que pueda pasar en lo sucesivo. Muchas veces vienen aconsejados por el colegio; muy pocas, aquí, por el médico pediatra; algunas, por iniciativa propia. Consultar por un niño, porque algo no anda bien, supone siempre unaherida narcisista para los padres. Será nuestra tarea intentar desangustiar, no culpabilizar, pero también ayudarles a ver qué pueden tener que ver ellos en el asunto, de qué modo están implicados, cuál es su responsabilidad en aquello que les hace sufrir, a ellos y al niño.

Con la presentación de algunos fragmentos de este caso, trataré de ilustrar, pues, una manera posible de trabajar con unniño teniendo como referente la teoría psicoanalítica.

Desde el análisis del pequeño Hans, Juanito, en el que Freud teoriza sobre la sexualidad infantil; desde los trabajos de Hermine von Hug-Hellmuth, considerada la primera psicoanalista de niños; desde las aportaciones de M. Klein; desde las controversias planteadas por A. Freud; pasando por Eugénie Sokolnicka, Sabina Spilrein, Winnicott, F.Dolto, M. Mannoni, A. Aberasturi, J. McDougall, y así hasta la actualidad, el psicoanálisis no ha dejado de interrogarse sobre las particularidades del trabajo con niños y adolescentes.

¿De qué sufre un niño? ¿Cuál es el sentido de sus síntomas? ¿Cómo se inscriben los síntomas en la economía psíquica del sujeto? ¿Cuál es el lugar de los padres en nuestro trabajo con el niño? Las respuestas,siempre parciales, apuntan, a mi modo de entender, a un objetivo: acompañar al niño en la búsqueda de un saber sobre su deseo. Para ello, una posición de salida: el deseo de saber. Si se da de entrada, la partida de ajedrez a la que aludía Freud comienza bien. Si no se da, es tarea del analista intentar que ese deseo de saber surja. No se trata sólo, entonces, de que los padres planteen una demanda.¿La hay en el niño? ¿No la hay?

Escuchar la demanda de los padres; diferenciarla de la del niño; explorar la historia familiar; ver qué lugar de objeto o de sujeto ocupa el niño en esa constelación familiar; hacerse una idea de cómo funcionaron las identificaciones primarias; cómo se desplegaron las identificaciones secundarias; como fue y es el proceso de narcisización del niño; cómo fue y esinvestido por la madre y por el padre; cómo circula la ley; de qué modo se dio el acceso a la triangularidad edípica, si se dio; cuáles son las características de la pulsión del pequeño sujeto por el que nos consultan; cómo actúa la represión; qué textura, qué permeabilidad tiene su inconsciente… De todo ello nos tendremos que ocupar durante el proceso diagnóstico y posteriormente, si el vientosopla a favor, durante el tratamiento.

Los fragmentos que he escogido, por tratarse de esta primera sesión clínica, corresponden al inicio de un análisis. Trabajaremos sobre el momento diagnóstico para intentar pensar, entre todos, acerca de las cuestiones que acabo de plantear. Veremos algo de las entrevistas con los padres y de las entrevistas diagnósticas con el niño, cómo se trabajaron y quétécnicas se utilizaron.

Lo llamaré Ramón (se trata de un nombre ficticio) y tiene diez años y diez meses en el momento en que sus padres vienen a través de una persona conocida, la madre de otro niño con quien estuve trabajando un tiempo atrás. Hace unos años consultan por la misma sintomatología en el CSMIJ de la zona (Centre de Salut Mental Infantil i Juvenil, de la red de asistencia...