un cigarro

El humo de un cigarro


Se quedó viendo el humo que se producía al consumirse poco a poco el cigarro. Estaba sentada, con la pierna cruzada en una silla de plástico, de esas que ponen en lascevicherías. Frente a ella una ventana sucia, gris del humo de las camionetas. Ella estaba sentada y seguía viendo el humo de su cigarro, entretenida pensando en cómo sus piernas largas y desnudas, malrasuradas serían de un momento a otro rozadas por un hombre, cualquiera, pero un hombre.
Llevaba más de 10 años haciendo aquello. Se sentaba frente a la ventana, no como las otras que esperaban alos clientes afuera. A ella no le gustaba el olor de la calle, tal vez por eso fumaba, prefería el olor del cigarro, siempre pensó que tenía algo de elegante. SE recordaba de haber visto en latelevisión de aquella cafetería en la que trabajó antes, a mujeres sensuales con cigarros en la mano, o las mujeres que aparecían en las revistas de dónde se cortaba el pelo y a quiénes siempre les envidió elgrosor de los labios.
Mientras esperaba que alguien la llamara desde el marco de lo que tendría que ser una puerta y sólo había alcanzado para una cortina de cuentas de colores, pensó en como la vidase parecía al cigarro y a las vueltas que el humo hacía. Todo se consume y al hacerlo, lo hace con vueltas, unas más grandes que otras, pero al final, el tiempo de la vida es el mismo para todos.Pensó en su primer amor, en cómo lo había conocido en su pueblo. Ella tenía 12 años y el 20. Ese día la había llevado al monte, la había agarrado de la mano. Le había jalado el pelo y le había abiertode un solo movimiento le había bajado el pantalón de tela pero no el calzón. Paseó su mano por sus piernas y le dijo que otro día iban a bajar todo, pero que lo iban a hacer bien y que antes pasaríanpor un cura y un abogado. Él desapareció un día, los periódicos dijeron que había aparecido en un arriate de una ciudad muy lejana.
No hubo tiempo para volver a enamorarse, alguien en una noche...