Un secreto para julia
UN SECRETO PARA JULIA:
UN hombre de nacionalidad extranjera fue detenido el miércoles de esta semana, en la ciudad de Londres, en un operativo en el que intervinieron alrededor de veinte oficiales de policía y un número indeterminado demiembros de Interpol. El hecho ocurrido en Hobbes´ Place, un restaurante situado en Huntley y Capper, en el barrio de Bloomsbury, ha conmocionado a la opinión pública, ya que ni las fuentes policiales ni las gubernamentales (que se cree están interviniendo en el asunto) brindan a la prensa elementos que esclarezcan lo acontecido esa noche. Tampoco dan la menor pista acerca de la causa delarresto.
Se cruzan cables de agencias noticiosas en los que se aventura que el desconocido podría ser parte de una de las conexiones de contrabandistas vinculados con el affaire de armas Bonmayer, asesor del canciller en asuntos de Seguridad y Defensa. Hay otras versiones que lo asocian a una red de mercenarios, contratados para abortar el plan de paz en Irlanda del Norte. Son variadas las suposiciones.Para las víctimas del asalto -si cabe llamar así al hecho que se investiga- la situación fue demasiado confusa. Son nueve personas las que habrían estado presentes en el local; siete de ellas son miembros de una fundación, que presta servicios de consulta a partidos políticos y organizaciones no gubernamentales. Las otras dos son los dueños del restaurante, y por lo que consta en los archivos dela policía, es el primer hecho de violencia que se registra en el local desde que fuera cerrado en el año sesenta por un incidente causado por fanáticos de dos clubes de fútbol.
Dos personas resultaron heridas con impactos de bala y otra presenta lesiones en el rostro. La identidad del extranjero permanece en reserva, aunque ha trascendido que se trataría de un argentino, sobre el que pesatambién un pedido de captura por parte de las autoridades francesas.
Yo estuve ahí y puedo develar un misterio, aunque no precisamente el motivo del arresto de ese hombre. Como no alcanzan las palabras para describir la naturaleza de ese sujeto, quizás deba limitarme a decir que en otras circunstancias, hace no muchos años, él detentaba una pequeña y sin embargo monstruosa porción de poder. Y la ejerciótambién conmigo. Quiso el destino o la fatalidad, palabra esta última más apropiada para referir el hecho, que ese sujeto volviera a invadir mi vida en este país. Me llamo Mercedes Beecham y lo que voy a relatar a continuación es parte de una historia compleja.
Aquella noche, irrumpió en el restaurante de Joyce con el objetivo de arrancarme un dato al parecer muy importante para él. En un estadode notable excitación y armado con un revólver obligó a mis amigos a acostarse boca abajo en el piso y a mí me empujó contra la barra. Enseguida, comenzó a pronunciar un discurso penoso, cambiando la naturaleza de los hechos ocurridos en mi país, hechos que lo habían tenido a él como uno de los tantos ejecutores.
¡Maldito!, rumié en silencio, mientras lo escuchaba explayarse como un políticoseductor, como si estuviera hablándole a un auditorio de ignorantes. Luego se detuvo con apremio a mi lado. Con un tono amargado, lleno de furia contenida, me anunció que se había cansado de mi juego. Era evidente que se hallaba arrinconado por la necesidad de conocer el enigma que sólo yo podía develarle. Aunque al constatar que yo no respondía a la exigencia, me puso las manos en el cuello y...
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