Una alternativa al relativismo epistemológico
Páginas: 19 (4523 palabras)
Publicado: 7 de diciembre de 2011
UNA ALTERNATIVA AL RELATIVISMO EPISTEMOLÓGICO
Resumen.
En este trabajo argumentaremos en contra de la tesis relativista de que “todo vale” más o menos lo mismo en términos de conocimiento. Defenderemos que el relativismo representa un obstáculo a la libre discusión y al avance del conocimiento. Como estrategia consentiremos con el relativismo en que las teorías justificacionistas fallan alponer el acento en el criterio de verificabilidad, esto es, en el mecanismo para establecer las teorías, pues tienen la consecuencia moral de acreditar a algunos, en el trascurso de una discusión, a sentirse superiores en sus facultades intelectuales. Sin embargo, argüiremos que el relativismo incurre en las mismas consecuencias indeseables. Para disolver éste debate académico entre lastendencias relativistas y justificacionistas acerca de la superioridad de la epistemología sobre la ética o viceversa, nos servimos de la teoría falibilista tributaria de Karl Popper. Esta propone como eje del progreso del conocimiento el concepto de error, que a su vez supone las ideas de crítica, de aproximación a la verdad, y, por lo tanto, la idea de asumir una postura disidente como única garantía decorregir nuestras investigaciones, para, gradualmente, ir descubriendo mejores soluciones a nuestros problemas en cualquier que sea el área de investigación.
Introducción:
Este último punto se ve retratado en la aceptación acrítica y masiva de ciertas tendencias filosóficas subjetivistas subsumidas bajo los nombres de relativismo, postmodernismo, deconstruccionismo, pragmatismo,multiculturalismo y pensamiento complejo que, en el trascurso de 20 años, han venido divulgándose en nuestras academia. Quienes defienden estas “nuevas lógicas de pensamiento” sostienen, en general, que a falta de un método infalible que nos ayude a determinar cuál es la verdad absoluta, nuestros supuestos estándares de calidad, racionalidad y objetividad no son más que retórica, demagogia utilizada por losque detentan el poder para atender las demandas políticas y económicas del momento, a desmedro, casi siempre, del bienestar de los sujetos que representan las minorías: sexuales, raciales, culturales, de clase y hasta intelectuales, como ellos. Estiman, que conceptos como verdad, hecho y correspondencia con la realidad, que en tiempo pretérito se consideraron útiles a la civilización Occidental,deben entenderse, ahora, como ineficientes para desentrañar nuestra condición humana, incluso nuestros logros históricos y no sirven para obtener el cambio social que tanto necesitamos. Pretenden que si fijamos nuestra atención en los problemas prácticos a los que la humanidad se enfrenta cada día y dejamos de lado los problemas epistemológicos, permitiremos la consolidación de institucionesdemocráticas más saludables. (Para un ejemplo ver: Rorty, 2000)
La supuesta revolución educativa y social a las cuales conducen estas tendencias son razones suficientes para que ciertos doctos vean en ellas la única salida decente para dejar intacta nuestra integridad moral e intelectual. No obstante, esta nueva ortodoxia -que Alan Sokal y Jean Bricmont (SOKAL; BRICMONT. 1999.) han llamado,acertadamente, “imposturas intelectuales” - ha comenzado a considerase una amenaza contra la racionalidad, la ética intelectual, las prácticas académicas y el conocimiento en general, específicamente, en aquel que tiene que ver con las humanidades.
En lo que nos concierne, una de las tantas imposturas estriba en un acuerdo tácito de no agresión que ha terminado por trasfigurar el significado clásico de“libertad académica”. Aún más, ese tipo de razonamiento deriva de una lógica bastante dudosa. Porque es claro que lo que piden no es auténtica libertad de expresión. Para verlo, podríamos resumir su supuesto básico en la siguiente frase: “Todo cuanto pueda ser dicho está permitido... menos, aquello que denuncie las incoherencias o falsedades en las que incurre una persona o una comunidad - y,...
Resumen.
En este trabajo argumentaremos en contra de la tesis relativista de que “todo vale” más o menos lo mismo en términos de conocimiento. Defenderemos que el relativismo representa un obstáculo a la libre discusión y al avance del conocimiento. Como estrategia consentiremos con el relativismo en que las teorías justificacionistas fallan alponer el acento en el criterio de verificabilidad, esto es, en el mecanismo para establecer las teorías, pues tienen la consecuencia moral de acreditar a algunos, en el trascurso de una discusión, a sentirse superiores en sus facultades intelectuales. Sin embargo, argüiremos que el relativismo incurre en las mismas consecuencias indeseables. Para disolver éste debate académico entre lastendencias relativistas y justificacionistas acerca de la superioridad de la epistemología sobre la ética o viceversa, nos servimos de la teoría falibilista tributaria de Karl Popper. Esta propone como eje del progreso del conocimiento el concepto de error, que a su vez supone las ideas de crítica, de aproximación a la verdad, y, por lo tanto, la idea de asumir una postura disidente como única garantía decorregir nuestras investigaciones, para, gradualmente, ir descubriendo mejores soluciones a nuestros problemas en cualquier que sea el área de investigación.
Introducción:
Este último punto se ve retratado en la aceptación acrítica y masiva de ciertas tendencias filosóficas subjetivistas subsumidas bajo los nombres de relativismo, postmodernismo, deconstruccionismo, pragmatismo,multiculturalismo y pensamiento complejo que, en el trascurso de 20 años, han venido divulgándose en nuestras academia. Quienes defienden estas “nuevas lógicas de pensamiento” sostienen, en general, que a falta de un método infalible que nos ayude a determinar cuál es la verdad absoluta, nuestros supuestos estándares de calidad, racionalidad y objetividad no son más que retórica, demagogia utilizada por losque detentan el poder para atender las demandas políticas y económicas del momento, a desmedro, casi siempre, del bienestar de los sujetos que representan las minorías: sexuales, raciales, culturales, de clase y hasta intelectuales, como ellos. Estiman, que conceptos como verdad, hecho y correspondencia con la realidad, que en tiempo pretérito se consideraron útiles a la civilización Occidental,deben entenderse, ahora, como ineficientes para desentrañar nuestra condición humana, incluso nuestros logros históricos y no sirven para obtener el cambio social que tanto necesitamos. Pretenden que si fijamos nuestra atención en los problemas prácticos a los que la humanidad se enfrenta cada día y dejamos de lado los problemas epistemológicos, permitiremos la consolidación de institucionesdemocráticas más saludables. (Para un ejemplo ver: Rorty, 2000)
La supuesta revolución educativa y social a las cuales conducen estas tendencias son razones suficientes para que ciertos doctos vean en ellas la única salida decente para dejar intacta nuestra integridad moral e intelectual. No obstante, esta nueva ortodoxia -que Alan Sokal y Jean Bricmont (SOKAL; BRICMONT. 1999.) han llamado,acertadamente, “imposturas intelectuales” - ha comenzado a considerase una amenaza contra la racionalidad, la ética intelectual, las prácticas académicas y el conocimiento en general, específicamente, en aquel que tiene que ver con las humanidades.
En lo que nos concierne, una de las tantas imposturas estriba en un acuerdo tácito de no agresión que ha terminado por trasfigurar el significado clásico de“libertad académica”. Aún más, ese tipo de razonamiento deriva de una lógica bastante dudosa. Porque es claro que lo que piden no es auténtica libertad de expresión. Para verlo, podríamos resumir su supuesto básico en la siguiente frase: “Todo cuanto pueda ser dicho está permitido... menos, aquello que denuncie las incoherencias o falsedades en las que incurre una persona o una comunidad - y,...
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