Valor máximo y valor mínimo de una función
Yo, psicópata. Diario de un asesino
Primera edición : 2007 Esta obra está bajo una licencia ReconocimientoNo comercialCompartir bajo la misma licencia 3.0 de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/byncsa/3.0/ o envie una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA. ISBN: 9788461178971
Nota del autor Comencé a escribir este relato en formato blog en http://asesinopsicopata.blogspot.com/ . Cada día me inventaba un capítulo y lo publicaba, casi sin preparación. Creo que fue allá por el capítulo (día) 25 cuando decidí un poco de trama para el relato. Si te gusta mucho la obra puedes obtener una copia en papel aquí : http://www.lulu.com/content/933995 También puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi dirección de correo : juanjo.escribano@gmail.com Espero que disfrutes con el relato. Juanjo Escribano
Presentación Mi nombre es Carlos G. M. Ningún médico ha diagnosticado oficialmente mi enfermedad. Nadie, excepto yo, es consciente de mi estado. Si la gente supiera lo que me pasa no se acercaría a mí. Vosotros diréis que soy un psicópata con tendencias asesinas, un enfermo mental. No lo creo. Creo que soy vuestra última esperanza, vuestro último refugio en esta lenta agonía en la que os halláis sumidos. Soy vuestro último salvador, vuestro verdadero y único salvador. Aborrezco a la gente. Odio todas las razas de este planeta. Ninguna persona ha obtenido hasta la fecha mi beneplácito para merecer la vida que lleva.
Camino por las calles de esta ciudad y no veo más que gente despreciable. Los miro, sonrío, soy amable con ellos, pero, por dentro, los odio. Me dan asco. Son todos escoria. Merecen morir. Anoche decidí compartir con todos vosotros mis pensamientos, mis náuseas, mis vómitos cerebrales, mis venganzas. Por eso he comenzado a escribir este diario, este blog, como algunos se empeñan en llamar. Joder es asqueroso. Hay suficientes palabras en nuestro maldito idioma para denominar esto y algunos se empeñan en usar esas mierdas de anglicismos. Ineptos.
Hoy estuve a punto de asesinar a un hombre. Quise hacerlo, pero pensé que se lo pondría demasiado fácil a la policía. Quise matar a un trabajador de una pizzería que repartía pizzas a domicilio. Pensé en lo triste que debía ser su vida llevando un trozo de comida a otros idiotas que esperan en sus casas cómodamente, viendo la televisión. Imaginé lo fácil que sería recibirle y clavarle un cuchillo en el estómago y luego, cuando se retorciera de dolor cortarle el cuello. Pensé que lo merecía, como todos. Pero no quiero acabar antes de empezar, no. Hoy no mataría a ese hombre. Quizá otro día, quizá mañana.
Día 1 Esta mañana desperté feliz. Creo que la idea de escribir lo que me pasa por la cabeza y que todo el mundo pueda leerlo me ha levantado algo el ánimo. Cuando he bajado a la calle para ir al trabajo he saludado al portero y le he preguntado por su fin de semana. Estoy contento a pesar de ser lunes. La gente odia los lunes. Yo adoro los lunes porque veo el malestar en sus caras. Todos desearían estar
haciendo cualquier otra cosa, pero lo cierto es que todos van como borregos a sus puestos de trabajo. Y no pueden hacer otra cosa. En el metro me dedico a mirar sus caras. Veo cómo visten. Hoy quizá te he visto a ti. Ni siquiera te has dado cuenta de que te observaba. Miraba tu ropa, tus zapatos, tus ojos. Intentaba adivinar a qué te dedicas. Por qué ibas en ese metro. Si serías tú mi próxima víctima. Tengo un buen puesto de trabajo en una pequeña empresa dedicada a logística y transportes. El trabajo me da igual, pero me permite tener tiempo para mi. Me cuido. Hago deporte. Leo libros. Pienso cómo asesinar al próximo desgraciado. Soy un gran pensador. Pienso cómo hacerlo sin que ...
Regístrate para leer el documento completo.