Vino nuevo en odres nuevos

Vino nuevo en odres nuevos
Sobre la Sanación de los recuerdos

Rodolfo Míguez
viviendoenvozalta@adinet.com.uy
Epifanía del 2007

VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS / sobre la sanación de los recuerdos

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VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS
Sobre la Sanación de los Recuerdos
Como pastor de la Iglesia Metodista en Uruguay
creo, que si diéramos al Ministerio de Sanación el
lugar central que le cupojunto al de Predicación
en la praxis del Señor Jesús, es muy posible que
como Iglesia experimentásemos al límite algo ya
sabido, pero a lo que no logramos encontrarle la
vuelta.
Me refiero al hecho de que las estructuras de las
que disponemos son odres viejos, demasiado
viejos, incapaces de resistir el vino nuevo en el
que el Señor Jesucristo está deseoso a
transformarnos, precisamente,como fruto de ese
ministerio. Y esa experiencia extrema podría
devenir en una sorpresa: la de ser inspirados,

capacitados y sobre todo ungidos con sagrada
urgencia por Dios, para dar forma sin miedo (al
menos sin un miedo paralizante) y sin más
dilación, a los nuevos odres que el presente
reclama.
Un Ministerio de Sanación que tenga su piedra de
toque en la práctica de la Sanación de losRecuerdos, podría significar para nuestra Iglesia
un camino para la clarificación de nuestra
eclesiología, la resignificación de nuestra misión y
el fortalecimiento de nuestra vocación.
Trinidad (Uruguay), Epifanía del 2007

En reconocimiento a
Margarita Smyres de Stockwell

Nacidos para vivir en voz alta
En la vida vamos muriendo y naciendo una y otra vez, continuamente cambiando,para poder seguir
siendo los mismos. Como creyentes vivimos en constante conversión, y así al ir cambiando nuestra
forma de pensar vamos experimentando transformaciones más o menos sensibles en nuestra forma
de ser. Somos lo que pensamos, y nuestro modo de pensar va siendo cambiado por el Poder de Dios
-metanoia- en la medida en que se lo permitimos.
En mi vida, ese incesante fluir transformadorse ha venido traduciendo en una manera distinta siempre mejor- de ver el mundo. Y en cada una de esas ocasiones estrené una mirada nueva.
Pero entre todos esos nacimientos, uno en particular estuvo llamado a ser fundante -espiritualmente
hablando- de algo radicalmente nuevo. A esa experiencia decisiva la tradición cristiana que
heredamos la llama: nacer de nuevo, en alusión a aquellaconversación inolvidable de una noche de
novela entre Jesucristo y Nicodemo (Juan 3.1ss.). Aquel o aquella que ha nacido de nuevo, es el que
ha sido –empleando el concepto/bandera de la Reforma Protestante del Siglo XVI: “Justificad@ por
la fe”.
En mi vida, la Justificación y su consecuencia inmediata el Nuevo Nacimiento, implicaron una
experiencia de sanidad que luego supe que tenía nombre: Sanaciónde los Recuerdos.

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No existe para el humano algo que pueda llamarse olvido. Todo pretendido olvido enferma el alma
porque olvidar es imposible. Para sanar los recuerdos es necesario recuperar la memoria. Pero no
alcanza. Es indispensable también recobrar la voz, ser capaces de decir en voz alta quiénes somos.
Quienquiera ser sanado tendrá que vérselas conscientemente con lo que ha quedado atrás en su
vida, y mirar a cada herida profunda, entendiéndola como una oportunidad preciosa para conocer el
amor de Dios antes que como una desgracia. Cada tajo en el alma es una hendidura por la cual
puede entrar la gracia sanadora de Dios.

La enfermedad como aliada de la salud
La enfermedad no es un asunto queinvolucre el cuerpo solamente, sino que interesa también al
alma y al espíritu humanos. En este sentido, entiendo que la enfermedad es una realidad pneumopsico-somática y quien busque la recuperación de ese equilibrio íntimo del ser que se traduce como
“salud”, no podrá eludir vérselas con la sombra, me refiero a esa parte oscura y pesada, dañada y
dañina de su memoria. El concepto es de Carl Jung...