Xilocaina en el alma
¡Vuelvo a caminar! -título de un blog que leí no hace mucho del Internet- trajo del recuerdo mis rutinarias caminatas que hacia todas las mañanas muy temprano de lunes aviernes rumbo al paradero, donde tomaba mi habitual movilidad al trabajo; este recuerdo no tendría nada de peculiar si no estaría marcado por una imagen que vive latente como queriéndome gritar algo quepretendí por mucho tiempo olvidar y que dejé pasar por tener inyectada en el torrente del alma xilocaina.
Este recuerdo, es el grito de una conciencia que no quiere hundirse en la indiferencia y lainsolidaridad que por miedos, falsos pudores, comodidades y cobardías un día se negó a extender su mano para hacer el milagro de que un arco iris saliera en un corazón, cuyo cielo estaba gris.
Eran las6:45 de la mañana de un día que nunca olvidaré, donde yo presurosa caminaba por las rutinarias calles que siempre recorría; calles silenciosas y tranquilas, con casas de puertas cerradas, con la mismabarrendera acuciosa, las mismas mujeres en sus carretillas de emolientes dueñas de sus esquinas, los mismos perros callejeros cual trasnochados buscando donde dormir; algo rompió mi aburridacaminata, alguien logro fijar mi atención marcándola para siempre. En un esquina estaba una mujer menudita de piel tersa y blanca como la leche, con un vestidito de flores pequeñas color pastel, mirada gacha,miedo y vergüenza en sus ojos, con ansias de escapar, pero frenada por una necesidad que no le permitía huir de allí; esperando como si no quisiera que llegara; su miraba delataba una conversacióninterna, un grito silencioso que suplicaba ayuda para no llegar a hacer lo que la vida le estaba obligando a hacer; recuerdo que pase y no pude dejar de mirarla y una gran tristeza se apodero de mi; enese instante me pregunte ¿que esperara esa dama tan bonita con mirada inocente y dulce? ¿no creo que sea lo que pienso? No, no que va, me decía ¿esas, no tienen esa mirada limpia, aunque sufrida...
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