filosofia
Revista de libros de la Fundación Caja Madrid
La historia del ADN: Watson y Crick, ¿juego de niños?
Enrique Cerdá Olmedo
catedrático de genética en la universidad de Sevilla
nº 120 · diciembre 2006
La estructura en doble hélice del ácido desoxirribonucleico (el ADN, en inglés DNA) se presta a imágenes atractivas, y esa debe seruna de las razones de que se haya convertido en un icono global, quizás el icono más universal de nuestra época. Otra es su papel central en la Biología, como el portador más común de la información genética. Los autores que imaginaron esa estructura, los doctores James Watson y Francis Crick, han sido canonizados por la prensa, que les atribuye incluso descubrimientos que no hicieron. Nos cuestacreer que «DNA» fuera, antes de ellos, la abreviatura de «Dogs Not Allowed» en hoteles y otros establecimientos estadounidenses.
El éxito mediático, tanto en ciencia como en otras actividades humanas, debe mucho a circunstancias extracientíficas, menos relacionadas con el calibre de la invención que con la capacidad para atraer y manipular la atención de los comunicadores públicos. En el caso delADN, una de esas circunstancias es la labia de Watson, limitada por cierto a la escritura. Su libro juvenil, La doble hélice, revolucionó la forma en que los científicos se dirigen a los lectores no especializados. Su libro más reciente es Genes, chicas y laboratorios: después de la doble hélice.
LA OLIMPIADA CIENTÍFICA DE 1953
En 1953 la revista Nature publicó tres artículos muy brevesagrupados bajo el título conjunto «Molecular structure of nucleic acids». En el primero, Watson y Crick, dos científicos jóvenes, proponían la famosa estructura bihelicoidal para el ADN parcialmente desecado y dispuesto en fibras paralelas. Esta estructura aparecía como un modelo, es decir, como una hipótesis que satisfacía algunos conocimientos previos y otros presentados en los dos -artículoscontiguos, cuyos primeros autores eran Maurice Wilkins y Rosalind Franklin, respectivamente. Se cerraba así una carrera, breve pero frenética, de unos pocos investigadores. Agrandaba el éxito de los jóvenes la talla de uno de los perdedores, Linus Pauling, que ya era conocidísimo por sus aportaciones esenciales a la Química y a la Biología.
La doble hélice tuvo una resonancia enorme. Los ácidosnucleicos, desdeñados hasta entonces por casi todo el mundo científico, a pesar de los resultados cimeros que ya se habían conseguido, se convirtieron de pronto en el objeto de muchedumbres de investigadores, continuamente crecientes y, por ahora, sin tendencia aparente a saturarse, y mucho menos a disminuir.
Me saldré del coro de los encomios para señalar que cualquiera que hubiera reunido lainformación disponible en 1953 sobre el ADN hubiera compuesto el modelo en doble hélice sin dificultad. Watson y Crick tienen sin duda el honor histórico de haber llegado los primeros, pero me parece evidente que sin ellos cualquier otro hubiera llegado a lo mismo poco después, como ocurre en las carreras deportivas con sprint final. Watson y Crick desdeñaron el trabajo experimental a largo plazo ypersiguieron el éxito instantáneo aplicando métodos de moralidad muy dudosa. Su conducta, un ejemplo brillante de la «cultura del pelotazo», ha encontrado muchos imitadores en la dura competición científica actual. Carecen de la relevancia histórica de los investigadores que, abordando en solitario temas impopulares, consiguen a veces descubrimientos inesperados que sin ellos hubieran seguido ocultosmucho tiempo.
Me permito señalar que la doble hélice es una estructura secundaria del ADN, es decir, una visión tridimensional concreta, en la que dos moléculas de ADN se enrollan una sobre otra. Ni siquiera es la única estructura secundaria del ADN. La estructura primaria de cada molécula de ácido nucleico basta para hacerlo portador de información: una larga cadena con cuatro tipos de eslabones...
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