La Escuela Como Frontera

La frontera como horizonte de posibilidad:
La escuela como frontera es la del pasaje, implica apertura de la cadena de significantes. La escuela como frontera es la escuela del otro lado. El “otro lado” desde el punto de vista del pensamiento moderno es la cultura de la periferia, la del sentido común, la de los saberes experiencia les, la vulgar, la no “autorizada”. Para los sectores delmargen, el “otro lado” son todos los lenguajes y soportes que no participan de su cotidianeidad pero si de un imaginario con el que quisieran fundirse.
La escuela como frontera es la escuela portadora de variación simbólica, la secuela que introduce una diferencia. Hay que entender esta diferencia en dos sentidos: como contingencia y como componente no excluyente.
La diferencia como contingencia seopone a la idea de institución como la expresión neutra. La diferencia como componente no excluyente echa por tierra la concepción civilizadora de la escuela que viene a diferenciarse dicotómicamente de la cultura popular.
La escuela como frontera, mas que un limite es un horizonte. Al entrar a dialogar con el discurso localista pone de manifiesto su carácter inconcluso y la brecha por donde secuelan nuevos significantes.
La escuela como frontera da cuenta en realidad de una subjetividad polifónica. Su presencia en la vida de los jóvenes no supone la acción de otros referentes sino la irrupción de una condición fronteriza que se mezclan distintos territorios de identificación. La variación simbólica introducida por la escuela debe ser evaluada en confrontación con lo que caracteriza laexperiencia cotidiana. Cuando hablamos de variación simbólica no aludimos al aporte de variadísimas experiencias y artefactos sino a la entrada de nuevos soportes. Participar del universo de la palabra supone abrirse a la pluralidad semántica del lenguaje y operar en consecuencia en terreno de la simbolización plena.
Entrar a la escuela implica participar de un universo que nombra a los jóvenescomo sujetos sociales y por lo tanto portadores de derechos.
La escuela como frontera remite a la construcción de un nuevo espacio simbólico que quiebra las racionalidades cotidianas; podemos situar estas rupturas en dos dimensiones: tiempo y espacio.
En relación con el tiempo lo que se produce es la irrupción de la discontinuidad frente a un tiempo reiterado y constante que despliega al margendel “proyecto”. La escuela implica un cambio de tiempo en la temporalidad presente, la sola participación institucional coloca a los chicos frente a la existencia de la anticipación y la previsión. La experiencia escolar va asociada a la formulación de proyectos.
Si bien la televisión proporciona mejor que la escuela, la simultaneidad de territorios, esta se limita al acontecimiento. La escuelarepresenta el acceso a lo ajeno, a un mundo de objetos que escapa a los límites de lo conocido, al igual que los medios, para lograr superar el mero dato y la familiaridad que instala la pantalla. La escuela habla de cuestiones extrañas, intangibles, de problemas inusuales de la cotidianeidad.
Los jóvenes que integran nuestro universo de indagación concurren a escuelas marcadamente enfrentadas enlo que respecta a su cultura escolar.

Un pasaje a “otro lado”:
El sentido de la escuela puede construirse en un juego de preguntas y respuestas. Gadamer señala que lo que se percibe en un texto es aquello que tiene que ver con uno, la escuela parece ser la respuesta a una pregunta. La escuela adquiere sentido para el sujeto cuando la experiencia escolar entra en el horizonte de susexpectativas de vida. Para muchos otros jóvenes es el pasaje el reconocimiento social, es la posibilidad de experimentar otra socializad y es la entrada de nuevos soportes discursivos.
Una cuestión de reconocimiento social:
Participar de la cultura escolar se convierte en la oportunidad de reconocimiento. Un reconocimiento que tiene dos caras, la cara de la distinción en el interior de la propia...