Lektuere 297
El castellano de España y el castellano de América. Unidad y diferenciación
Ángel Rosenblat
Ha dicho Bernard Shaw que Inglaterra y los Estados Unidos están separados por la lengua
común. Yo no sé si puede afirmarse lo mismo de España e Hispanoamérica. Pero de todos
modos sí es evidente que el uso de la lengua común no está exento de conflictos, equívocos y
hasta incomprensión, no sóloentre España e Hispanoamérica, sino aun entre los mismos
países hispanoamericanos.
Los conflictos y equívocos surgen también apenas se plantea el carácter del español
hispanoamericano. Porque alternan o se entremezclan a cada paso tres visiones de carácter
distinto: la visión del turista, la visión del purista y la visión del filólogo. (…)
Si la visión del turista es inocente, pintoresca, y hastadivertida, la del purista es más bien
terrorífica. No ve por todas más que barbarismos, solecismos, idiotismos, galicismos,
anglicismos y otros ismos malignos. El purista vive constantemente agazapado, con vocación
de cazador, sigue el habla del prójimo con espíritu regañón y sale de pronto armado de una
enorme palmeta o, peor aún, de cierto espíritu burlón con presunciones de humorismo. (…)
Lavisión del purismo es estrecha y falsa. No la tuvo la España de Cervantes, y sí la del siglo
XVIII, más débil, más vulnerable a la influencia extranjera. ¡Si hasta el surgimiento de la
Academia y aun el del purismo, que inicia entonces su amplia trayectoria, representa una
influencia francesa, empezando por la palabra purista (del francés puriste), que fue al
principio sólo una designación burlona! Elideal del purismo se parece al de Procusto:
acomodar la lengua a la medida del Diccionario. Si los puristas pudieran, mutilarían de la
expresión todo lo que rebasa su edición académica. Son a su modo indios jíbaros, aficionados
a reducir las lenguas de sus vecinos. Ya en el siglo XVIII el P. Feijoo exclamaba:
“¡Pureza!¡Antes se debería de llamar pobreza, desnudez, miseria, sequedad!”
No todo esterrorífico, sin embargo, en la visión del purismo. A principios de siglo
recomendaba un manual venezolano: “No digan: Fulano es un sinvergüenza. Digan: Fulano es
un inverecundo”. Sinvergüenza no figuraba todavía en el Diccionario de la Academia (“no
existía”). Hoy no se explica uno cómo se podía hablar en español sin esa palabra.
Por lo demás ¿qué quiere decir pureza castellana? El castellano es unlatín evolucionado que
adoptó elementos ibéricos, visigóticos, árabes, griegos, franceses, italianos, ingleses y hasta
indígenas de América. ¿Cómo se puede hablar de pureza castellana, o en qué momento
podemos fijar el castellano y pretender que toda nueva aportación constituye una impureza
nociva? La llamada pureza es en última instancia una especie de proteccionismo aduanero, de
chauvinismolingüístico, limitado, mezquino y empobrecedor, como todo chauvinismo. (…)
Nos hemos burlado de la concepción turística y consideramos falsa y dañina la visión del
purismo. ¿No es hora ya de ensayar una visión filológica? Tenemos que plantearnos dos
cuestiones fundamentales. Primera, si hay una unidad lingüística a la que pueda llamarse
“español de América”, o hay más bien una serie diferenciada dehablas nacionales o
regionales. Segunda, si ese supuesto “español de América” es una modalidad armónica y
coherente dentro del español general, o si presenta, por el contrario, una diferenciación
estructural y unas tendencias centrífugas que le auguran una futura independencia.
Puede afirmarse, pues, que junto a la diferenciación regional y hasta local, hay cierta
tendencia a la unidadhispanoamericana. Esta unidad no es incompatible con la diversidad,
que es el sino de la lengua. Si no hablan igual dos aldeas españolas situadas en las riberas
opuestas de un río o en las dos vertientes de la misma montaña, ¿cómo podrían hablar igual
veinte países separados por la inmensidad de sus cordilleras, ríos, selvas, y desiertos? La
diversidad regional es inevitable y no afecta a la unidad si se...
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