MATERIA INTRO
El devenir del psicoanálisis ha estado desde sus comienzos enlazado a la clínica y, por sobre todo, a la “clínica de la histeria”.
En algunos momentos una patología oscura, asociada a la “mentira”, al “engaño”, a la “falsedad”, terminó siendo, para muchos médicos, el diagnóstico que por sí mismo implicaba la derivación o la exclusión de las pacientes de lasinstituciones psiquiátricas.
Ceguera, parálisis de los extremidades del cuerpo, de la mitad del cuerpo, algunos veces con mutismo o con dolor en zonas donde, según los “análisis médicos”, “nada ocurría”.
En definitiva se rompe el esquema de la clínica de la mirada, es decir, “la necesidad de contar con un signo clínico que haga referencia inmediata a una causa anotómica, histológica obioquímica. En el fondo, la histeria era un mal que no respetaba “las leyes del juego”, no se encuadraba, Y NO SE ENCUADRA, en ningún rubro científicamente codificable. El discurso médico se fundamenta sobre la exclusión radical del inconsciente”.
Pacientes rechazados, nadie quería a esos histéricos que desconcertaban, desencaminaban la medicina, dado que presentaban síntomas que no tenían ningún respeto porla anatomía y, por tanto, por la propia medicina”.
Lo descrito no constituye en esencia el pensamiento de los médicos en la época Freudiana, más bien éste tiene sus raíces en siglos anteriores.
Para “Hipócrates”, en su esfuerzo por arrancar a la histeria de prácticas religiosas de su época, equiparaba el cuadro a una enfermedad ordinaria, en este caso a la “epilepsia”, a propósito de las“convulsiones histéricas”.
En la “edad media”, donde volvió a predominar la religión como método de explicación de ciertos fenómenos de la realidad, se consideraba a las convulsiones histéricas como descargas producidas por hechos “paranormales o sobrenaturales”. Quienes las padecían eran considerados como peligrosos, habitados por el diablo y, “con el fin de salvaguardar su alma del demonio”, “condenadosa la hoguera”.
El advenimiento de la era moderna trae “de regreso” a la histeria al campo de la medicina.
“Pierre Janet”, contemporáneo a Freud y también discípulo de Charcot, consideraba la existencia del inconsciente. Existían para el autor dos grupos de ideas totalmente heterogéneas, lo que en esencia correspondía sólo a la alteración de personas con ciertos trastornos mentales “y no a unainstancia psíquica presente en “sujetos normales”.
De esta forma, el paciente histérico sufría de reminiscencias que, eventualmente se expresaban en su cuerpo, debido a “la incapacidad de síntesis” de éstos pacientes.
“Josef Breuer, en base al aclamado caso de Anna O. o Bertha Pappenheim, logró desarrollar un modelo teórico y clínico que le permitió resolver algunos síntomas histéricos mediante unmétodo que, en ese entonces parecía revolucionario. El autor, consideraba que existían en los pacientes histéricos un conjunto de “ideas parasitarias”, a las que “no se podía acceder de forma consciente” y que eran el “núcleo de los síntomas conversivos de los pacientes”.
Estas ideas habían llegado a “éstos estratos de la mente” cuando el paciente cursaba los denominados “estados hipnoides”,estado fronterizo entre vigilia y la inconsciencia. Detrás de cada síntoma se encontraba un “recuerdo fronterizo”. Mediante el “uso de la hipnosis”, la paciente que en estado de vigilia “no recordaba nada”, podía “espontáneamente” hablar de recuerdos y vivencias que aparentemente habían sido olvidados, despojados de los recuerdos conscientes. A medida que la “cura por el habla” (talking cure)avanzaba, “los síntomas de los que se quejaba la paciente iban desapareciendo paulatinamente”.
Esta misma posición es adoptada por Freud, el que si bien más tarde tendrá que seguir su propio camino, “para romper con la discriminación psiquiátrica, que hace recaer la “locura” en el paciente, mientras la razón y la verdad aparecen como “patrimonios exclusivos del médico”. Así mismo, la actividad que...
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