Análisis de la sociedad argentina
El conjunto de planes de reformas adoptado durante esta década, logró instalar un modelo económico fiel a los principios sostenidos por el Consenso de Washington, completamente aperturista y desregulador. Este proceso comenzó su carrera en 1989 con la sanción de dos leyes que, siguiendo a MartinAbeles, en conjunto, representarían la concesión al Poder Ejecutivo Nacional (PEN) de la “suma del poder político” en lo que respecta al destino de gran parte del patrimonio estatal y social1. La Ley de Emergencia Económica lo explicitaba claramente: le otorgaba al PEN poderes extraordinarios en función de los cuales podía legislar por decreto, prescindiendo del Congreso Nacional. Por su parte, laLey de Reforma del Estado, autorizaba la privatización de la mayoría de las empresas públicas productoras de bienes o servicios y habilitaba la capitalización de la deuda externa como forma de pago en la transferencia de las empresas estatales. Esto le conferiría al gobierno el apoyo necesario del establishment nacional e internacional, atando de este modo el financiamiento público “a acuerdos detransferencia de fondos basados en contraprestaciones, favores políticos, búsquedas de alianzas y aceptación de compromisos”2.
La pérdida de capacidad soberana del Estado se tradujo en la “extranjerización” de la producción y la aceleración de los procesos de “desindustrialización”, achicamiento y desintegración productiva de la industria local. Esta destrucción del tejido manufacturero implicóla pérdida de uno de sus principales atributos: “su carácter dinamizador sobre el resto de las actividades económicas tanto en términos productivos como en lo que respecta a la creación de puestos de trabajo”3. Así, mientras el Estado se convertía en instrumento de apropiación de excedente por parte de las fracciones más concentradas del capital, el ascenso de la tasa de desempleo abiertacomenzaba su escalada ininterrumpidamente -hasta alcanzar el récord de 18,3% de la PEA hacia octubre de 2001-, así como amplios sectores de la población comenzaban a ser considerados como “los nuevos pobres”.
La consolidación de esta estructura distributiva profundamente inequitativa, acompañó las estrategias de ajuste del Plan de Convertibilidad aprobado en marzo de 1991. El establecimiento de esterégimen cambiario y monetario fijó el tipo de cambio en un peso por cada dólar norteamericano, instaurando la convertibilidad de todo el circulante y prohibiendo la emisión de dinero sin el correspondiente respaldo en activos. Ello configuró una Economía deuda-dependiente, convirtiendo el déficit fiscal en un rasgo estructural de aquella.
A fin de desentrañar lo propuesto en este trabajo, cabemencionar las políticas que, en su carácter contractivo del papel del Estado, golpearon más directamente a los sectores populares. Entre ellas, el aumento de la captación impositiva, la reducción de empleados públicos y la racionalización de los recursos públicos, y la reducción de costos de producción a través de la flexibilización del mercado de trabajo. Respecto de esto último -y en pleno...
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