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Retorno a la independencia.

¡Sur América está despertando!
en ella Bolívar y todos los próceres,
siguen idealizando.
Están despertando las ganas de desarraigo,
del Norte y susdiscípulos
de sus falaces y promisorias empresas,
de sus preceptos, de lo foráneo.
En el horizonte, se advierte difusa,
la partida del Tío Sam,
sus secuaces y subyugados también se van.
Se marcha elrey y regresa el cacique,
se va la miss y el pretérito nos devuelve a la moza llanera,
de la que se refleja el crédulo rostro en la ciénaga.
Vuelve otra vez el niño venezolano,
a silbarle ala cigarra que canta,
y a volar el papagayo en la semana santa.


En un tácito trueque;
el presente cedió al pasado lo foráneo,
los arbolitos, los muñecos de nieve,
y a Santa Claus, los mallcenter y el rock and roll.
A cambio el pasado nos ha devuelto,
nuestros pesebres y la tierra del popol Vuh.
Nuestra América,
la América de Martí, Bolívar y Neruda;
con todo y sus churuatas yla india tozuda.
Las aves que surcan el archipiélago
pregonan el despertar
de una América libre y soberana.
Sin macula, sosegada, virtuosa,
que lleva en la faz, presuntuosa,
su estandarte,como llevaría una damisela,
el vestido rosa a las primaveras.
Destellan luces en América,
en los más refulgentes recintos,
hablan, Rousseau y Montesquieu,
sus voces se diseminan, cual semillasen tierra fecunda para la libertad.
El espíritu de la América ancestral
regresa en pleno al suramericano,
y lo liberta otra vez del yugo hispano.
La alienación se difumina,
y como el fénix,renace, la América latina.
Se extingue la expresión peyorativa
que elogia el genocidio.
Ya no se dirá más de la resistencia indígena:
“día de la raza”,
“encuentro entre dos mundos”
o “día de lahispanidad”,
el espíritu de libertad,
nos ha emancipado
de esa necedad.
El oro blanco, el oro negro, y el dorado;
ha vuelto a nuestras manos.
¡Sur América toda; es un pueblo soberano!...