Añoranza del hombre primordial

Añoranza del hombre primordial: idea-deseo subyacente en la obra de J.L.Borges

Por Mercedes Chenaut

Camina vacilante, bastón en mano, directamente al centro de la historia de la literatura.
Ya está allí, en ese imperturbable y sagrado lugar que se les ha asignado a los clásicos. En la galería heterogénea y riquísima se destacan su cabeza de Homero del siglo XX y su alma de ciego, pococonocedor de una sensación humana básica: la felicidad.

Sabemos que cuando un autor encara la escritura de una narración, parte de un tema que le interesa –cuando no lo obsesiona-, de personajes creíbles y de una situación más o menos verosímil que estructura el mundo del relato.
Antes de escribir la primera línea, decide el tipo de narrador que usará, tan creatura como los demás personajes. Sinduda –y como sucede con todos los ingredientes de la ficción- lo autobiográfico también aquí es inevitable, pero el narrador no tiene por qué ser decididamente el autor.
En el caso de la poesía, cuando ya no es posible identificar un narrador sino simplemente un Yo Lírico que ha decidido desbordar su subjetividad en el poema, la situación que se plantea es similar. Ese Yo puede estar muy lejos dela condición y características del escritor.
Sin embargo, en la literatura borgeana, tanto el narrador de los relatos como el yo lírico de los poemas y prosas líricas es, casi infaliblemente -y a veces hasta explícitamente- el autor. Basta con recordar el cuento “El Otro”, incluido en El libro de arena o el “Poema de los dones”, de El Hacedor.
Extraigo dos citas:

“-En tal caso- le dijeresueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969 en la ciudad de Cambridge.
-No- me respondió con mi propia voz un poco lejana.”

Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al olvido.”

De ahí que se justifique, más que en muchos otros casos, buscarpreferencias y desazones, deseos y carencias del autor, en los textos de su obra literaria.
En la investigación sobre la vida de Borges, se revela un hombre atrofiado, con los sentidos poco desarrollados cuando no extinguidos (recordemos que fue ciego, sin oído musical, un tanto torpe en sus movimientos, con dificultades para hablar.....) cuya sensualidad ha sido bloqueada por la elección - tanto en elplano existencial como en el literario- de un contexto despreciador del mundo tangible; sin duda, un ser con los poros cerrados a las sensaciones primarias. De esta exigüidad, y como mecanismo compensatorio, emerge una racionalidad poderosa, un intelecto trabajado hasta la exageración.
Pero Borges sabe, y desde su honestidad intuye (honestidad que, por otra parte, lo lleva a mostrarse sin pudor comonarrador y yo lírico en gran parte de su obra) que su experiencia es limitada. Le falta la contra cara: la aprehensión de lo cercano y lo remoto por otras vías, más inmediatas, tanto más naturales y urgentes.
Cuando la evidencia le resulta intolerable explota en ironía, en afectado escepticismo.
Visto así, es un hombre resentido: envidia, añora las posibilidades del hombre primordial con todossus sentidos en estado de alerta, capaz de captar mundo y metamundo en forma directa, brutal, sin intermediaciones, sin referencias librescas, sin teorías filtro.

“Releo lo anterior y compruebo con una suerte de agridulce melancolía que todas las cosas del mundo me remiten a una cita o a un libro” (Las Islas del Tigre)

“Tan entretejida está la lectura con los otros hábitos de mis días,que verdaderamente no sé si mi primer tigre fue el tigre de un grabado o aquel, ya muerto, cuyo ir y venir en su jaula yo seguía como hechizado...... A esos tigres visuales se agregaron los tigres hechos de palabras... Ése último tigre es de carne y hueso. Con evidente y aterrada felicidad llegué a ese tigre...” (Mi último tigre)

Borges sabe que el hombre elemental puede adueñarse de las...