Bachillerato

“A última hora siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización”. En el cuento del que el libro trata ese pelotón fallecerá y no salvará a la civilización, pero sí salvará la vida de un hombre, la de Sánchez Mazas.

El autor escuchó por primera vez la historia de este hombre cuando, abandonado el trabajo de escritor de novelas, entrevistó a Rafael Sánchez Ferlosio, autorde libros recientes, por un periódico. El hombre, muy poco hablador, se negaba en redondo a contestar a las preguntas y el entrevistador, cansado de aquel interminable silencio, iba a levantarse cuando Ferlosio empezó a contarle de un fusilamiento.

Era el de su padre, dijo, que activo en el movimiento de la Falange había, en aquellos años de guerra, conseguido huir de las cárceles más de unavez, menos una. Aquel día Sánchez Mazas pensó que ya se habían acabado los días de resistencia y esperaba allí, en el patio de la cárcel su fusilamiento, escuchando a un soldado republicano que cantaba una canción de pasodoble.

Los llamaron y los pusieron allí; uno al lado del otro; de pie. Desde detrás se oían las voces de los soldados que iban contando, cuando el ruido de los disparos cubriótambién las voces de estos. Y en aquel bosque ya no se oía nada que recordara la vida, ni voces; ni suspiros; ni pasos, solo se oían el silencio y los disparos de la muerte.

De repente Ferlosio se quedó en silencio, y el entrevistador pensó que aquel silencio simbolizaba el acabar del cuento y de la vida de Sánchez Mazas. Sin embargo, así no era, aquel silencio representaba el mismo silencio queacompañó a Sánchez Mazas en los instantes después de los disparos. Fue en aquellos instantes que Sánchez Mazas escapó; parece absurdo, irreal, pero sí lo hizo, escapó como una presa escapa de su cazador. Se refugió entre los árboles, esperando que nadie le notara. Sin embargo, alguien se acercaba, Sánchez Mazas oyó sus pasos y levantó la cabeza para ver a la cara a aquel hombre que habría borradopara siempre su esperanza de vivir. Se miraron, y se quedaron en silencio sin moverse hasta que aquel soldado republicano dio media vuelta y gritó a sus compañeros que allí no había nadie.

Aquel cuento sorprendió tanto a Javier Cercas, en entrevistador, que su artículo en el periódico se centró principalmente en este. Después de publicarlo, pensó que nunca más habría vuelto a hablar de aquelafortunado falangista y del misterioso soldados que lo salvó, pero así no fue. A Javier con el pasar del tiempo empezaron a contactarle todos aquellos que a Sánchez Mazas sí le habían conocido y querían añadir algo más a su artículo. De repente entonces, el periodista se vio involucrado en una historia, que cada persona que conocía, iba a completar con algunas informaciones. Eso le dio el estímulopara volver a escribir un libro, pero no una novela, sino un relato real sobre aquella historia que al contarla parecía mentira.

Entre los muchos encuentros que hizo, algunos le permitieron conocer a un grupo de amigos de Sánchez Mazas que se solían llamar “los amigos del bosque”. Éstos le contaron a Javier que, después de su encuentro con el soldado republicano, Sánchez Mazas se refugió enaquel bosque, y vagabundeando por allí topó con una casita, la de la familia Ferré. Éstos estuvieron dispuestos a darle de comer y un lugar seguro donde dormir ; lo que le permitió aguantar cuatro días en aquel bosque. Al cuarto día Sánchez Mazas, mientras volvía a su refugio, se encontró frente a tres hombres que llevaban el uniforme republicano sin reflexionar mucho, se presentó como soldadoperteneciente a la Falange. Sus palabras sonaron nítidas en aquel silencio y al escucharlas él mismo pensó que fueron hasta demasiado claras y directas. Los tres seguían frente a él, pero sus palabras les dio el impulso para acercarse, de hecho éstos eran tres fascistas que para huir, sin que nadie le notara, se habían puesto los uniformes.

Los cuatros se ayudaron unos a otros, y con el pasar de...