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LA ORGANIZACIÓN ESPACIAL

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La teoria de la organización espacial como fundamento de la planificación regiol1Cil'.-J
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etropolitanos, muchos de los cuales resultan demasiado grandes des­ : el punto de vista de una óptima distribución en el espacio de las :tividades económicas. Al mismo tiempo, otros centros resultan de ­ asiado pequeños para beneficiarse de las economías deaglomeración ~ que disfrutan los mayores. Respecto a este punto, habría que decir le existen razones teóricas concretas que demuestran que ello puede perarse que suceda siempre que existan economías de aglomeración Je primero aumentan para disminuir más tarde. Si un centro urbano no alcanza las dimensiones óptimas, desde el Jnto de vista de los servicios públicos, podrán asentarse en el mi{mo uevasempresas o familias, con menores costes unitarios, para la cons'.:' 'ucción y mantenimiento de carreteras y otros servicios. Por ello, los Jstes marginales para procurar servicios públicos a las empresas adi­ ionales decrecen y llegan a ser menores que los costes medios. Si ahora 1 comunidad intenta, en el caso de un presupuesto equilibrado, cu­ rir sus gastos por medio de los impuestos, y sin hacerdiscriminación ntre las empresas, todas tendrán que pagar impuestos equivalentes I promedio de los costes que"supone el proveerse de los servicios pú­ ,Ucos ne'cesarios. Los impuestos no pueden ser exigidos sobre la base le los costes marginales, pues en este caso la comunidad incurriría en >érdidas. Por ello cada empresa adicional satisface impuestos más ele­ 'ados que los gastos adicionales queocasiona a la comunidad. Por '. ltra parte, no hay ningún motivo para que las empresas nuevas o en !xpansión paguen menos que las empresas ya existentes. El problema es ' el mismo para la empresa privada cuyos costes .narginales de producción decrecen. Esta empresa no puede igualar ;us precios a sus costes marginales porque incurriría en pérdidas y no Jodría subsistir. Las soluciones sugeridas porconsideraciones de bienestar son las mismas para la empresa y para la comunidad .que ofr~ce sus servicios 3. costes decrecientes: los precios o los impuestos a pagar deberían igua­ lar el coste marginal, y la diferencia entre los costes marginales y los :::ostes medios debería compensarse mediante subsidios. La comunidad se haría cargo de un déficit que compensaría mediante ayudas del go­ biernocentral o estatal. Desde el punto de vista de los modelos de asentamiento sub-óptimo, este enfoque parece plausible: los impuestos relativamente bajosUunto con las mejoras de los servicios públicos) inducirán a las firmas nuevas a situarse en este lugar, hasta alcanzar el óptimo. El supuesto contrario es válido para los centros donde los costes sociales marginales son más altos que los costesmedios: estos

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centros tenderán hacia un superávit, que gastarán en subvenciones a los centros de dimensiones sub-óptimas. En cualquier caso, estas ayudas tenderán a igualar los costes mar­ ginales privados y los costes marginales sociales. Si los altos costes sociales se ven más que superados por las ventajas del mercado y si, por esta razón, nuevas empresas deciden situarseen los grandes cen­ tros urbanos, no existe ninguna razón teórica, desde un punto de vista económico, para obstaculizar esta decisión. . Este concepto de una dimensión urbana óptima es puramente eco ­ nómico. No es el único importante en este contexto. No obstante; antes de hacer otras consideraciones, es preciso señalar que los valores que registren los costes medios y marginales dependen en...