Carlos pereyra
¿Historia para qué?
Pone en problema de la función del saber histórico. Marc Bloch con tal pregunta también se abre el asunto de la legitimidad de ese saber. El problema queplantea es nada menos que de la legitimidad de la historia. La distinción entre legitimidad y utilidad ambas parecen entremezcladas. En la guerra de Peloponeso Tucídides escribe: “mi intención no escomponer una farsa o comedia que dé placer si no una historia provechosa que dure para siempre”. Su intención (elaborar una historia provechosa) se realizaría en la medida en que la investigaciónpermitiera “saber la vedad de las cosas pasadas”
L a importancia del discurso histórico posee una función social. No hay discurso histórico cuya eficacia sea puramente cognoscitiva; todo discursohistórico ( se escribe) en una determinada realidad social. La tendencia a identificar utilidad y legitimidad del discurso histórico tiene con frecuencia su origen en la idea de que la historia sigue un cursoineluctable: los historiadores procura formular reglas de conducta- en los comienzos, por ejemplo, de esta disciplina en Grecia y Roma. Utilidad y legitimidad no son magnitudes equivalentes.
Marxno consideró jamás el estudio del pasado como una actividad intelectual en sí, que tuviera su fin en sí misma, lo que contaba para él era pensar históricamente, políticamente. El estudio del pasado noera para Marx indispensable sino al servicio del presente.
La función de la historia se limitó conservar en la memoria social un conocimiento perdurable de sucesos decisivos para elfuncionamiento de las instituciones políticas y eclesiásticas así como valores y símbolos populares.
El estado dispone de numerosos canales mediante los cuales impone una versión del movimiento social idóneapara la preservación del poder político. La ocultación en uno de los procedimientos más corrientes en este dispositivo de control del pasado por el poder.
El conocimiento del pasado tiene su punto...
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