coco
El gentilhombrecito provenía de un lugar muy lejano a ese, era un planeta muy pequeño, sin embargo, en él encontró sentimientos buenos y malos, algunos tan peligrosos como un baobab, otros tan hermosos como unarosa.
En el transcurso de su viaje a la tierra el chico de cabellos dorados se encontró con un montón de personas mayores que habían olvidado lo esencial de la vida y, tenían enfermizas obsesionespor lo cotidiano, el poder,el trabajo, la vanidad, los negocios, el alcohol… ocupaban su vida en acciones repetitivas sin un verdadero propósito. Éstos hombres-decía el Principito- nunca olieronuna flor, nunca contemplaron una estrella y nunca amaron a nadie.
Después de andar por el universo observando raras costumbres,el Principito llegó al lugar con mayor número de personas adultas: elplaneta Tierra. Cayó en un desierto sin rastros de esos seres que perdieron la imaginación al crecer, además de otras cosas. Ahí pronto descubrió que aunque estuviera entre ellos muyprobablemente seguiría sintiéndose solo.
A pesar de todo, en ese extraño planeta el Principito encontró algo más que dunas y montañas puntiagudas, en ese lugar aprendió a revalorar el amor, ayudó a unapersona mayor (Antoine) a apreciar de nuevo las verdaderas cosas serias de la vida, conoció muy de cerca la muerte y lo más importante: Aprendió a ver con el corazón.
Lo complejo de ésta obraradica en su aparente simplicidad,es realmente un placer volverla a leer, porque siempre hay algo nuevo en ella. Está plagada hasta en sus más pequeños rincones de valiosas enseñanzas, que, en lopersonal no había encontrado en ningún otro lugar, o por lo menos donde les dieran la importancia con que aquí se muestran. Sin duda una estupenda historia para compartir con niños… de todas las...
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