Colombia

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EDITORIAL


Colombia, mi país el mismo que es reconocido por sus medallistas olímpicos, su riqueza en fauna y flora, su café, por sucultura, sus carnavales por supuesto sus mujeres. Bañada por dos mares y variedad de climas, envidiada por muchos aprovechada por pocos. La Colombia depablo y de galán, la misma de Uribe y los paras, la del partido político exterminado, la de Pizarro y su sombrero símbolo de paz. La misma que ha sufridolos embates de un conflicto prolongado por más de sesenta años por la intransigencia de los actores involucrados ¿Cuántas madres han llorado?. Miles dehuérfanos y viudas se han sumado a la lista de víctimas que con el pasar de los días incrementan las estadísticas. Es Colombia nuestra patria la de losdesplazados, la de los falsos positivos la del proceso ocho mil, la del general santoyo y la para política. La que amamos, lloramos y festejamos, la debolívar y de la pola. La sin memoria a la que le repiten la historia cada vez que es posible la que queremos cambiar la que puede ser tan grande como el tamañode nuestros sueños.

Desde la otra ala, nace de la necesidad de recobrar la memoria de recordar sin rencor los acontecimientos que han marcado nuestrahistoria como país y sociedad, para evitar así que no la sigan repitiendo, nacemos como la opción de abrirnos al resto de la sociedad para dar a conocerla opinión en las diferentes voces. Las voces de los silenciados las voces de los trabajadores los estudiantes las madres los hijos de esta patria