Como trabajar el tema familia en la escuela
Es habitual usar el adjetivo “familiar” para referirse a algo cercano, querido o conocido, y el
verbo “familiarizarse” para indicar la acción de acercarse o conocerse. En organizaciones y
empresas es frecuente escuchar “somos una gran familia” para indicar la ausencia de
conflictos. En la escuela es común que se utilice el término para indicar una “familia de
palabras”: aquellas palabras que tienen un mismo origen.
Entonces, si trascendemos los significantes y eliminamos el contexto concreto en que se
enuncian, nos quedan al desnudo algunos significantes:
● La familia es la ausencia de conflictos,
● En la familia todos tienen el mismo origen,
●En la familia todos se parecen y tienen cosas en común,
● En la familia todos están cerca, se quieren y se conocen.
Con lo que respecta a la escuela, la misma habla de las familias no sólo en los momentos
en que éste es un tema de enseñanza. En consecuencia, lo que la escuela opina y afirma
sobre las familias está de algún modo anunciado antes de que se inicie la enseñanza del
tema. No se trata de expresiones exclusivas de la escuela ni originarias de ella, sino de
frases que recorren diversos ámbitos de la vida social. Sin embargo, en la escuela resuenan
con fuerza singular: tal vez porque sólo ella pretende luego abordar a las familias como
objeto de conocimiento. La escuela no es la única instancia social formadora de ideas,
modelos y representaciones de familia, pero ocupa sin dudas un lugar preponderante en
este proceso, por tratarse de la primera experiencia institucional que los niños tienen fuera
de su ámbito escolar.
Por otra parte, dentro del conjunto de tareas que cumple la institución escolar, en forma más
o menos explícita, la escuela también evalúa a las familias, en donde por vías no siempre
claras, la escuela “aprueba” o “desaprueba” a las familias, tanto como luego lo harán los
alumnos.
Por consiguiente, familias y escuelas se encuentran cara a cara, se miran de reojo, se
apoyan, se pelean, se necesitan, sospechan unas de otras, se reclaman, se repelen, se atraen, se aman y se temen. Ambas instituciones saben que tienen un campo de tareas
común y esto las une tanto como las separa. Cada una tiene una mirada sobre la otra:
familias y escuelas hablan y actúan unas sobre otras.
Por otra lado, la escuela ha contribuido a construir el modelo de la familia tipo o nuclear
como ideal de “la buena familia”. Algunos docentes entienden que la tarea es difundir un
modelo de familia, un “deber ser” que hay que inculcar a los niños. Otros intentan abordar el
tema desde una perspectiva diferente, pero se enfrentan con el problema de que resulta
difícil y complejo encararlo desde miradas más actualizadas de las ciencias sociales. La
comunidad científica se enfrenta a la difícil tarea de divulgar los avances de sus
investigaciones en términos que la comunidad pueda comprender. La escuela se enfrenta a
la también difícil tarea de renovar efectivamente aquello que selecciona para que sus
alumnos aprendan.
Siguiendo de cerca este tema, en este tipo de abordaje se enseña cómo debe ser la familia,
quiénes la integran y cuáles son sus funciones internas y externas. Desde este enfoque, la
familia es una y constante, posee un padre y una madre, con tareas claramente
diferenciadas. Las características definitorias de la familia son la corresidencia y el
parentesco. Los lazos de parentesco se dan por consanguinidad (de padres a hijos o entre ...
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