Contradicción entre la libertad y la existencia de dios
El ateísmo es, en Sartre, el fundamento de su concepción de la libertad: puesto que no existen valores «inscritos en un cielo metafísico», ni «naturalezahumana» concebida por un Dios, el hombre está totalmente entregado, abandonado a sí mismo: debe elegir continuamente y crear valores. Al contrario, de existir Dios, la existencia de losvalores objetivos dispensaría al hombre de la responsabilidad de la elección. El hombre podría «apoyarse» en la cómoda almohada de las certezas dadas; nunca más conocería la“preocupación», que es la característica del hombre «libre» (EN, 721,722).
El argumento es sólo una variante del anterior; se limita a insistir sobre el pretendido conformismo cobarde quecaracterizaría al creyente. Bastará recordar que la gracia de Dios no nos alcanza como una invitación a someternos con un conformismo fácil. Penetra en nosotros como una lanceta, nosimpide dormirnos, nos obliga a una vigilancia siempre alerta; el cristiano es el vigilante de la «noche de Pascua», noche durante la cual no está permitido dormir, pues hay que «espiar elpaso del Señor».
Esta vigilancia siempre en vela no se basa en no sé qué clase de canonización de la inquietud por sí misma, sino en la realidad de Dios que nos llama, y del quenunca nos sentimos más lejos que cuando intentamos acercarnos a él. Basta recordar la vida de los santos, sus angustias, sus noches de los sentidos y del espíritu, la nube luminosa que lesrodea cuando se acercan a la unión divina; Gregorio de Nisa habla, por ejemplo, de la «epectasis», esto es, de una salida indefinida de sí hacia el abismo insondable de Dios.
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