Cuento infantil
Páginas: 3 (526 palabras)
Publicado: 7 de diciembre de 2011
VENDO RUIDOS POR TOMATES Y PEREJIL =)
Una pareja que vivía en la cuidad decidió cambiarse al campo. Porque ellos eran escritores. Una tarde estaban escribiendo tranquilamente, cuando tocaron a lapuerta y, al asomarse apareció un extraño hombre y preguntó -¿tiene ruidos que me venda?-
La pareja volteo a verse mutuamente, extrañados. Más que por la pregunta por el aspecto del hombrecito, esteera demasiado bajo pero aparentaba tener ya algo de edad, vestía con colores estrafalarios pero algo desgastados, lleno de parches por todos lados y para rematar, un enorme y gran sombrero rojoterminado en pico.
El hombre gruñó, incomodado por su escrutinio y fue entonces que repitió su pregunta -¿tiene ruidos que me venda?- la mujer saliendo entonces de su asombro le sonrió, indicándole queesperara y entró de nuevo a la cabaña, bajo la atenta mirada de su marido, que seguía sin entender absolutamente nada.
Al poco rato la joven volvió con una caja de tamaño no mayor a la de una dezapatos, el aparente duendecillo observo ilusionado la caja y tras pegar un salto que le doblaba la altura, ensartó un corno para sordera en la caja que aun era sostenida por la muchacha.
En esemomento, salieron disparados un montón de signos de notas musicales de diferentes tamaños y colores, y como si la gravedad no existiera aquel extraño personaje comenzó a saltar y atraparlas en unenorme saco que al igual que su ropa estaba parchado en demasía.
-Son un total de 27 ruidos, contando naturales, de aparatos electrodomésticos, estruendosos y débiles, ¿Cuánto le debo?- cuestionó conaire profesional el pequeño sujeto -¿Qué le parece 2 champiñones, 1 tomate rojo y 3 ramitas de perejil?- le contestó la joven a sabiendas de que intentaría regatear, mas sin embargo le contestó, losiguiente: –trato echo- sacó los vegetales de debajo de su sombrero, los entregó, y sin más, desapareció dejando un voluta de humo.
La esposa sonrió satisfecha e instó a entrar a casa a su marido,...
Una pareja que vivía en la cuidad decidió cambiarse al campo. Porque ellos eran escritores. Una tarde estaban escribiendo tranquilamente, cuando tocaron a lapuerta y, al asomarse apareció un extraño hombre y preguntó -¿tiene ruidos que me venda?-
La pareja volteo a verse mutuamente, extrañados. Más que por la pregunta por el aspecto del hombrecito, esteera demasiado bajo pero aparentaba tener ya algo de edad, vestía con colores estrafalarios pero algo desgastados, lleno de parches por todos lados y para rematar, un enorme y gran sombrero rojoterminado en pico.
El hombre gruñó, incomodado por su escrutinio y fue entonces que repitió su pregunta -¿tiene ruidos que me venda?- la mujer saliendo entonces de su asombro le sonrió, indicándole queesperara y entró de nuevo a la cabaña, bajo la atenta mirada de su marido, que seguía sin entender absolutamente nada.
Al poco rato la joven volvió con una caja de tamaño no mayor a la de una dezapatos, el aparente duendecillo observo ilusionado la caja y tras pegar un salto que le doblaba la altura, ensartó un corno para sordera en la caja que aun era sostenida por la muchacha.
En esemomento, salieron disparados un montón de signos de notas musicales de diferentes tamaños y colores, y como si la gravedad no existiera aquel extraño personaje comenzó a saltar y atraparlas en unenorme saco que al igual que su ropa estaba parchado en demasía.
-Son un total de 27 ruidos, contando naturales, de aparatos electrodomésticos, estruendosos y débiles, ¿Cuánto le debo?- cuestionó conaire profesional el pequeño sujeto -¿Qué le parece 2 champiñones, 1 tomate rojo y 3 ramitas de perejil?- le contestó la joven a sabiendas de que intentaría regatear, mas sin embargo le contestó, losiguiente: –trato echo- sacó los vegetales de debajo de su sombrero, los entregó, y sin más, desapareció dejando un voluta de humo.
La esposa sonrió satisfecha e instó a entrar a casa a su marido,...
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