Cultura del instante y escenas de desenfreno

CULTURA DEL INSTANTE Y ESCENAS DE DESENFRENO

El descontrol que protagonizan los adolescentes hunde sus raíces en la cultura de la opulencia del consumo. Pero en su fundamento se encuentra una transformación radical en la experiencia temporal del sujeto. Padres e hijos quedan atrapados en un mundo sin amparo y sin ley, pero enajenados en una normalidad con consecuencias en lasprácticas actuales y en las posibilidades de prevenir sus efectos. En este contexto, a psicólogos y psicopedagogos se les presenta el desafío de delinear estrategias y asumir tareas que exceden su rol tradicional en el ámbito escolar.

El fenómeno del descontrol, de la pantalla a la noche.
“¿Qué tiene de malo tomar alcohol si me permite divertirme?” Con esta pregunta retórica unadolescente mostraba, junto a muchas cosas más, el papel del masivo consumo de alcohol como rito sagrado del fin de semana de muchísimos jóvenes. Las estadísticas abruman. Indican un crecimiento geométrico del fenómeno. Los relatos de los mismos protagonistas señalan toda una gama en grados de ingesta que llegan a patéticas escenas de varones o mujeres desfallecientes vomitando u orinando en las veredas,desprovistos de pudor, o directamente internados por coma alcohólico.
Esta problemática ha tomado protagonismo reciente en los medios, a pesar de estar presente y en expansión hace más de una década.
La explosiva difusión de la noticia sobre chicas que realizan sexo oral a cambio de un trago puso en evidencia un fenómeno, hasta ahora, menos mediático: las prácticas sexuales quederivan en el aumento en los índices de embarazos adolescentes, abortos y contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Este incremento no es otra cosa que la consecuencia de la transformación de los hábitos “amorosos” y sexuales en las últimas décadas. Que un chico o una chica “transe” con cinco o seis pares diferentes en una misma noche de boliche, es un uso “natural” y generalizado. El sexoocasional, con un eventual partenaire, en el baño o en el reservado, debajo de la escalera, sin preocupación por los testigos ocasionales puede ser un hecho descrito por cualquier adolescente que frecuente los lugares públicos de diversión nocturna.
Aún intuitivamente, se puede colegir que no son dos fenómenos aislados entre sí. Por el contrario, están íntimamente articulados. Pero ¿cómo? Asimple vista parecen mostrar el denominador común del exceso, de lo que se desborda. Pero ¿porqué tal desmesura dejó de ser un rasgo excepcional y pasó a transformarse en una problemática masiva? No se trata de dificultades individuales. Se trata de una manifestación de la misma cultura. Son prácticas aborrecidas que hunden sus raíces en la lógica de los modelos sociales más venerados. Los mismosmedios que reflejan escandalizados las morbosas escenas del desenfreno adolescente, participan en la construcción de la normalidad cultural que lo produce. ¿De qué manera aspectos de la cultura que son aceptados e incluso valorados aportan el discurso donde se sostienen los excesos que tanto horror provocan?
Resulta grosero el paralelo existente entre los episodios que los adolescentesprotagonizan en los espacios nocturnos de diversión y las escenas festivas que pinta la publicidad (especialmente televisiva) en la que el alcohol es la llave que abre la puerta del encuentro sexual exitoso.
Un joven que duda entre acceder al llamado de su novia incitándolo a un intercambio erótico o la convocatoria de sus amigos a una fiesta sexual, no duda de la bebida que va a tomar. Unaviso que invita a vivir nuevas experiencias consistentes en intercambiar parejas en un hotel. Una fiesta en la que personajes aturdido por una música desenfrenada se tambalean con su vaso de vino espumante, abrazan a señoritas que ríen con gesto gozoso, mientras un joven arrastra frenéticamente de la mano a una mujer hacia las habitaciones. Semejante experiencia orgásmica se remata con un...