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Tierra de Promisión, tierra crisol,
fundidora de razas y colores;
tierra caliente por el radiante sol
que baña sus praderas y sus flores.
Tierra que brindael corazón entero
lo mismo en la montaña o en el llano,
donde el extranjero no es el extranjero
sino sencillamente nuestro hermano.
Tierra que tiene irrupción dearomas
en los vergeles floridos y agrestes,
y en las verdes pendientes de sus lomas
cuando suspiran las flores silvestres.
Hoy emigran de otros sitios a tu suelo
quizásgolpeados por la pena y el dolor
buscando paz y el consuelo
que les brindas con verdadero amor.
Desde tu cielo azul y transparente
con tu luz te miran los luceros;
haysueños deleitables en la mente
y grandes pensamientos viajeros.
Tierra que tiene torrentes y cascadas
rimando al viento una alegre canción,
y en las riberas de susmares, sosegadas,
las olas dicen: TIERRA DE PROMISION.
Hay en las playas mensajera brisa
que lleva el perfume de la selva umbría,
y en las nereidas se dibuja una sonrisasimbolizando juventud y lozanía.
Follajes opulentos de arbustos y maporas,
centenarios y frondosos cocotales
donde se columpian refulgentes las auroras
y cantanalegres los turpiales.
Tierra hospitalaria y generosa,
libre como el argentado pensamiento;
tierra florida, tierra hermosa,
tierra de Bolívar, de Bello y de Sarmiento.América será, sin duda, la primera
en dar el ejemplo comunal;
pues ya se ve cual ráfaga ligera
el destello del alba fraternal.
América, sí, América te llaman
desdeaquellos viejos y lejanos continentes;
y te sueñan, te viven, te reclaman
los paisanos que hoy están ausentes.
Por Juan Ramón GUEDEZ
De la Cátedra ``Simón Bolívar´´ 190
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