De Los Delitos y Las Penas

CAPITULO XXXI - DELITOS DE PRUEBA DIFÍCIL.
En la primera parte de este capítulo, Beccaria comenta un poco, que el principal motor que debería mover al que juzga, es el de investigar y conocer laverdad sobre la suposición que se le presenta y no la comprobación de un delito. “Si un ladrón de gallinas es atrapado, el juez no se debe centrar en conseguir pruebas que incriminen al culpable deldelito sino en averiguar la verdad.” Como si el condenar a un inocente no fuera un peligro tanto mayor como la probabilidad de la inocencia supera la probabilidad del delito.
Falta en la mayor parte delos hombres aquel vigor necesario igualmente para los grandes delitos que para las grandes virtudes. Aclara el autor.
Y realmente es eso lo que más se adapta a nuestra realidad ya que la mayoríade nuestros magistrados ya ni siquiera le interesa la verdad del delito, sino en incriminar al acusado.
También hace referencia a dos tipos de delitos. Una de los que de manera sencilla y fácilpermite la integración del cuerpo del delito, como los homicidios, suicidios, estafa, la producción de documentos con contenidos falsos, o en flagrante delito, etc.; y la otra, que son de difícil y máscompleja comprobación, como el acoso sexual, calumnias, difamación, entre otras.
En otra parte del texto, el autor nos invita a establecer un criterio más amplio sobre la relación prueba-culpabilidad;es así que cuando un delito es cometido de manera contundente, la simple agrupación de los elementos permite la unificación perfecta del cuerpo del delito, sin necesitar siquiera para tal fin, ladeclaración del acusado, declarándose culpable del acto o hecho que se le imputa, pero cuando los elementos que se presentan como pruebas de la comisión del supuesto delito , no son suficientes paraacreditar la imputación, automáticamente existe la posibilidad de que el acusado sea inocente; es esta la idea central que el autor nos explica en este capítulo, quien menciona que existen delitos que...