Derecho administrativo

SED

CUENTOS COMPLETOS

DE
FRANCISCO ROJAS GONZÁLEZ

RETRATISTA DEL MÉXICO RURAL

El pastor con tristeza ve como día a día van disminuyendo sus ovejas, muriendo al no soportar la falta de agua, mueren algunas sin, que el pueda al menos aprovechar su carne, ya que con el terrible calor, esta se descompone rápidamente y en ocasiones al encontrarlas, la carne ya está descompuesta. Otrasmás terminan en el fondo de los barrancos.
Los animales gritando tristemente, buscando desesperadamente, algo fresco, las crías golpean furiosamente las ubres, pretendiendo inútilmente extraer un poco de leche. El sol aun ahí, lentamente sin terminar de ocultarse, bajo el, nopales ásperos, llanuras polvorientas, piedras brillantes y al fondo las chozas de adobe en donde la sed empezaba también aadueñarse.
El hombre y su hijo revisaron sus reservas de agua, solo contaban con tres cantaros llenos.
Dos para sus animales y otro para ellos. Ahí también sus tres perros flacos que también exigían su agua, con gruñidos, salieron del jacal, hacia el corral, pretendiendo con un orden pasar a los animales uno a uno para racionar la poco agua, al principio el plan resulto, pero luego los animalesse echaron contra el muchacho y lo derribaron, rompiendo la vasija y ante el desperdicio del liquido los animales pegan su labio inferior abultado en la tierra, tratando de extraer un poco de humedad.
Apartando las crías para evitar que fueran atropelladas y dándoles del agua que había sido apartada para ellos apenas un trago.
Cuando regresaron a la choza, los esperaba un vecino de los decuesta abajo. Un indio de aspecto respetable, el cual después de saludarlos, les dijo que quería decirles a los pastores jóvenes lo que hay que hacer en estos casos, ya que treinta años atrás ellos habían pasado por una sequia tan fuerte como esta, y al menos obtuvieron la experiencia de qué hacer ante ella, cortar el pelo a los borregos y dejarlos en lugares de sombra, traerlos a encerrar hasta latarde para evitar que se deshidraten y cuidarlos de el coyote y el tigre.
Y así lo hicieron la mañana siguiente los animales ya descansaban, todos cortados, debajo de los sauces, que crecían en la orilla del rio ahora seco completamente.
En la choza de los pastores ese día la falta de agua llego a su punto más critico, ya no había ni para los hijos del pastor, le comento su mujer, y así como enmuchas ocasiones el pensó en aquella zanja llena de agua que se encontraba en los terrenos de Don Crispulo el mestizo avariento, el cual cuando dejo de llover cerco con espinas su laguneta de aguas represadas , temeroso de que llevaran a sus ganados a beber en ella, y cuanta más sequia más egoísta el hombre al grado de no permitir que ni los hombres sedientos tomaran de sus aguas. Se decía quealgunos hombres, habían sido golpeados o perseguidos por sus furiosos perros al tratar de llevarse algún cántaro de agua para dar a sus hijos.
El peligro de morir en manos de Don Crispulo detenía al pastor, pero los gemidos de sus hijos reclamaban decisión y valor.
Con el calor infernal, en torno a la choza los huesos del ganado, sembraban el terreno, hasta el pobre perro trataba de espantar a lamuerte con sus aullidos.
Tomo valor el hombre para ir por agua, llevando al hombro su cántaro, cuídate de don Crispulo le recomendó su mujer ya que es capaz de matarte, si te ve tomando su agua y ponte unas piedritas en la boca para que no se te seque.
El hombre camino por la senda estrecha, a punto de deshidratarse.
Tambaleante subió por la ladera de la loma, desde ahí pudo ver el agua,arrastrándose para no ser sorprendido , llego hasta el cerco de espinas, encontró un espacio abierto por los cerdos, que de noche burlaban la vigilancia del mestizo, por ahí se metió, la distancia hasta llegar al agua le pareció enorme, llego ahí tiro el cántaro contra la arena y se arrodillo para tomar agua , en el primer trago escucho un fuerte estallido al tiempo que sintió un fuerte golpe en su...