Didactica

Los debates y las propuestas en torno a la formación de los docentes, y a su perfeccionamiento tienden a emerger con fuerza en los momentos más críticos, sea por insatisfacción respecto de los logros de la escuela, sea por procesos de cambio político.
En cualquiera de los casos y de los proyectos, los debates tienden, a lo largo de la historia, a concretar procesos reformistas en el sistema,pretendiendo inaugurar una nueva etapa.
Los docentes han participado activamente de estos movimientos, ya que son actores directos en la escuela. Estos movimientos hacia los cambios operan sobre tradiciones anteriores, encarnadas en los sujetos y en las instituciones, que muchas veces las nuevas reformas acaban reforzando, el nacimientos de lo nuevo no se instauro en cada proyecto.
Entendemos portradiciones en la formación de los docentes a configuraciones de pensamientos y de acción que, construidas históricamente, se mantienen a lo largo del tiempo, en cuanto están institucionalizadas, incorporadas a las practicas y a la conciencia de los sujetos. Producto de intereses sociales y políticos y de pujas en el interior de los grupos, de las diversas tradiciones conviven en el presenteexpresando acuerdos y desacuerdos, interés mutuos, conflictos latentes o expresados en debates “racionales”. Pero su supervivencia se manifiesta en su forma de persistir en las imagines sociales de la docencia y en las prácticas escolares.
Reflexionar estas tradiciones es útil para comprender dónde estamos situados e identificar nuestras propias argumentaciones y nuestros propios compromisos,para comprender los procesos de reforma y nuestra acción en ellos.

Tradición normalizadora- disciplinadora

La organización de la escuela de masas, coherente y necesaria para la consolidación de las naciones modernas y de los proyectos políticos-económicos y sociales de sus dirigentes, requirió de la preparación de personal idóneo que condujese la acción escolar. Cuando la filantropía del sigloXIX descubrió la miseria indiferenciada de la ciudad, la marginalidad y los comportamientos “disolutos”, introdujo la maquinaria pedagógica con el fin de normalizarla.
En la Argentina, el Estado fue el encargado de crear las condiciones de homogeneidad para que la sociedad civil se conformase. Asumiendo la posición de “Estado educador”, actúo en función del proyecto y bajo la conducción de laselites agraria y urbana responsable de la integración económica del país al capitalismo, a través de la agroexportación.
El proyecto educativo liberal se centró, así, en la formación del “ciudadano” con misión de neto corte civilizador, no sólo respecto de la “barbarie” autóctona sino también de la presencia de trabajadores inmigrantes extranjeros. Se orientó, hacia el disciplinamiento de laconducta y la homogeneización ideológica de grandes masas poblacionales que a la formación de habilidades o al desarrollo del pensamiento o del conocimiento.
Se insistió en la imagen del docente como difusor de formas de comportamiento y por el conocimiento mínimo básico, susceptible de ser enseñado y considerado como “útil” para las grandes mayorías, expresado en forma de normas universalistas,fórmulas, valores y principios requeridos para actuar en el “nuevo orden”. Al mismo tiempo, era el encargado de impulsar y concretar en la comunidad las campañas de salud pública y diversas acciones de control social. Al igual que el sacerdote, necesitaba para llevar a cabo su función civilizadora, la creencia en las posibilidades redentoras del nuevo menaje.
La ocupación fue rápidamente definidacomo femenina, la presencia del hombre se hacía sentir en los últimos grados de la escuela primaria y en los cargos de dirección escolar, dejando todo el resto de la acción de la mujer. La ubicación de esta formación dentro del nivel medio evidencia que su enfoque sustantivo no se expresaba en la búsqueda de profesionales de alta formación científico-técnica sino en la conformación de una legión...