Docente

Globalizatón:
Puerto Rico y el perreo de la aldea global
El trotamundos que desembarca en la joya arquitectónica del aeropuerto de Barajas, Madrid, puede llevarse un disgusto al no ser recibido por un comité de bienvenida compuesto por toreros y bailaoras de anchas faldas con rosas en la boca. Igual fiasco siente el viajero ante la ausencia de una geisha en kimono alimentando kois en elaeropuerto de Tokio o frente al déficit de bronceados glúteos expuestos y danzarines en el aeródromo de Rio de janeiro.

No digo que todo el mundo espere ver la colección de clichés representativos de una nación cada vez que visita un país, pero lo cierto es que muchos esperan ver y no ven en los países que visitan, el imaginario nacional que ayuda a crear los productos que dichos países exportan y loque dicta su presencia mediática en lo que denominamos la aldea global.

Sin embargo, en Puerto Rico cambia la situación (recordemos que Puerto Rico lo hace mejor). El viajero que pisa la Isla se topa, casi inmediatamente y aunque no salga del aeropuerto, con un “puertorriqueño promedio" (o, como se dice en latín, portoricensis aliquis) exactamente igual al que se imaginaba gracias a lo que havisto en los medios de comunicación. Contrario al caducado ideal del jibaro de amplia sonrisa con pava y machete, el portoricensis aliquis actual ha evolucionado hasta convertirse en uno con una indumentaria estándar y predecible: una enorme camiseta de deporte, pantalones cortos demasiado grandes, zapatillas deportivas blancas, gorra con la etiqueta de tiibrica aún puesta y el brillante acentovisual de una amalgama de bisutería que decora su cuello, muñeca, lóbulos y dedos. Claro está, no podemos olvidar que este individuo se puede personalizar hasta cierto punto con aditamentos craneales como trenzas, perforaciones de cejas o gafas de sol.

Pero, ¿de dónde sale la visión que tienen los visitantes acerca de lo que es un puertorriqueño? Pues del producto que más exportamos como nación yque, a entender del resto del planeta, mejor representa nuestra idiosincrasia: el reggaetón.

No. No estoy hablando de plátanos, azúcar, café o cualquier otro romanticismo mercantil nacionalista del siglo pasado, dije reggaetón (aunque a muchos no les guste y suene a herejía). Que conste que en la descripción del portoricensis aliquis no hice alusión alguna a color de piel, altura, peso o credo,es sólo una cuestión musical. Tampoco aparecen ya por ningún sitio las máscaras de vejigantes, la bomba, la plena, los güiros o la pintoresca y sabrosa gastronomía típica del país. bos crepúsculos clásicos adornados con palmas y las postales de adoquines son cosa del pasado. El reggaetón ha fomentado la creación de un molde sumamente homogeneizador para los puertorriqueños y estos, a su vez, sehan entregado de lleno a ella y la aldea global los ha recibido con los brazos abiertos: todos quieren más perreo, más discoteca y más videos con mujeres en poca ropa.

El mejor ejemplo de esta globalización del reggaetón boricua es el último video-clip de Daddy Yankee: un reggaetonero (en este caso el propio Daddy Yankee) aparece ataviado con el atuendo mandatario y le da vueltas a un globoterráqueo posándose en grandes ciudades (también bastante homogeneizadas) y cantando reggaetón. De más está decir que la letra tiene que ver con bailar y sudar (nada nuevo en lo que a Yankee respecta).

Podríamos decir que la canción es el fantasma de una promesa que nunca llega (nunca llega el impacto), pero que llega lejos como producto de consumo y fenómeno mediático y global. Lo importante es queYankee y su grupo de trabajo ya están al tanto de que su producto está destinado a la aldea global, conto atestiguan las diversas colaboraciones con artistas extranjeros, el tour mundial del disco y hasta el mapamundi de su página Web. FJ ritmo, o sea, el bajo de la canción, es el mismo que ha usado en todas sus canciones, pero la gente lo contra con la pasión ciega del consuntidor vorágine....