Don Quijote de la Mancha























































(1)RESUMEN DE LOS DOCE PRIMEROS CAPÍTULOS:
Don Quijote era un hombre enjuto, delgado y algo mayor ya. Tenía por afición leer libros de caballerías, y llevó este actividad hasta el extremo de convencerse a sí mismo de que debía ordenarse caballero para combatir las injusticias del mundo.Así, tomó bastas armas que tenía guardadas y limpiólas y arreglólas. Pensó en un nombre tanto para él como para su caballo, que vinieron a ser Don Quijote de la Mancha y Rocinante. También, como todo buen caballero, pensó en una dama a la que honrar con sus logros, y halló tal honor en una joven de un pueblo vecino, a la que se referiría como Doña Dulcinea del Toboso.
Don Quijote partió sin quenadie lo supiera, con su caballo y sus rudimentarias armas y armadura. Poco había avanzado cuando se dio cuenta de que aún no había sido armado como verdadero caballero, y decidió que sería la primera meta de su viaje.
Mientras hablaba consigo mismo, ensimismado en su locura, divisó a lo lejos una posada con dos fulanas a la puerta, que a él se le parecieron un castillo con dos doncellas que lerecibían. Estas le dieron de cenar mala comida, y nuestro caballero, con sus maneras de comer y sus delirios, hacía reír a las que él creía damas del castillo, mientras degustaba lo que él creía manjares.
Tras terminar su cena, llamó al ventero, y confundiéndole con un caballero y señor de aquel castillo, le rogó que le ordenara caballero. El hombre, sin saber cómo reaccionar ante las sinrazonesde su huésped, accedió a concederle el título de caballería. El ventero, algo socarrón, determinó que Don Quijote debería velar sus armas por una noche para alcanzar el honor que le pedía. Evidentemente, el “castillo” no contaba con capilla, pero el hidalgo no debía preocuparse, pues la ceremonia sería válida si velara en el humilde patio del castillo.
Tras atender a los consejos que le dio elventero sobre el dinero y las camisas limpias que debía acarrear a sus viajes, Don Quijote veló sus armas en un corral cercano a la posada. Las gentes del lugar le observaban desde lejos, se reían de él y hablaban de su trastorno. Cuando un arriero quiso acercarse al pozo sobre el que reposaban las armas para sacar agua, el aspirante a caballero pidió a su dama protección y arremetió contra elpobre hombre, que cayó al suelo con un fuerte golpe en la cabeza. Un segundo arriero quiso acceder al pozo, sin éxito, pues su cabeza también experimentó el golpe de la lanza de Don Quijote. Los compañeros de los dos heridos le atacaron, pero el ventero le defendió por loco.
El dueño del fingido castillo decidió terminar cuanto antes con la estancia de su huésped, temiendo más peleas, y le ordenócaballero con una buena colleja y un golpe en la espalda con su espada, imitando una digna ceremonia.
Antes de marchar, el hidalgo quiso saber el nombre de las dos doncellas, a las que dio las gracias y ordenó que de ese momento en adelante, se hicieran llamar de doñas. Se despidió, y se alejó de la posada a lomos de Rocinante.
Don Quijote decidió seguir los consejos que le había dado el venteroy conseguir dinero, camisas limpias y un escudero, de modo que puso dirección hacia su aldea.
Hallábase nuestro caballero andante en camino, cuando oyó quejos y lamentos. Agradeciendo a la providencia por tal ocasión donde hacerse valer, buscó la procedencia de los gemidos. No muy lejos encontró a un muchacho atado a un árbol recibiendo una vigorosa azotaina de un labrador. El chaval suplicaba asu amo para que parara, y Don Quijote no pudo sino enfrentarse al torturador, que rápido le explicó la situación, pues el criado le había extraviado parte de su rebaño. El hidalgo hizo caso omiso, y le amenazó con volver y vengarse si no liberaba a aquel chico y le pagaba lo que le debía cuando él se fuera. El labrador acabó aceptando lo que Don Quijote le imponía y el criado le agradecía su...