El cerebro
¿Cómo, pues, podemos afirmar que los animales hablan? Porque así loinferimos de su manera de obrar. Los caballos, por ejemplo, piafando, relinchando, bufando y valiéndose de otros medies, se entienden entre sí, y se esfuerzan por hacerse entender de sus amos. Los perrossaben también significar, ya por la mímica de sus movimientos, ya por su diferente manera de ladrar y aullar, lo que sienten o quieren, lo que les agrada o desagrada. Análogo fenómeno se observa enlos gatos y en los animales que habitan en las montañas, las llanuras y las selvas. Las aves usan fórmulas de expresión mucho más armoniosas que los demás animales, y los insectos son tal vez los quedisponen de medios más variados para ponerse en relación unos con otros.
Tarea larga y nada fácil, por cierto, sería la del exponer los signos peculiares de que se valen las diversas especies deanimales para comunicarse entre sí; por lo que forzosamente1 habremos de ceñirnos a observaciones generales y a describir algunos hechos curiosos que ilustran de un modo especial esta materia.
Aunqueel grito inarticulado, en. una gran: variedad de formas, constituya el medio más común y frecuente de; hablar los irracionales, no. debemos creer que no usen otros expedientes, tales como el salto, elademán, el gesto y diversos movimientos, de expresión mímica. Un ejemplo aclarará lo que acabamos de decir.
Supongamos que una persona venida de un país remoto, donde no se tiene idea alguna delalfabeto de signos, usado por los sordomudos, viera a dos de éstos hablándose por los dedos; ¿podría esa persona suponer que estaban conversando? Seguramente no. Pues bien, los animales se valen para...
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