El entrevistador
Páginas: 5 (1134 palabras)
Publicado: 19 de junio de 2011
El entrevistador
Cáp. 03
Devereux, 1967, afirma que el científico del comportamiento no puede ignorar la acción recíproca entre sujeto y objeto, con la esperanza de hacerla desaparecer si durante un tiempo suficiente la ignora. Considera que el acceso a la esencia de la situación observacional la proporciona el estudio del observador, no el del sujeto en observación.
Siendo tan importantela participación del entrevistador en el tipo, calidad y destino de la relación con el entrevistado, la mayor parte de los textos sobre el tema sugiere una larga lista de cualidades y actitudes necesarias o recomendables que debería de poseer aquél. En vista de lo anterior, parece preferible adherirse al punto de vista de Wolberg, 1967, que da como primera regla para psicoterapeutas yentrevistadores, la de ser uno mismo.
Los elementos más importantes del interés, en nuestro caso, son el impulso epistemofílico y la capacidad de identificación con el otro, que se manifiesta como empatía y comprensión. Se insiste reiteradamente en que el que se dedique a la clínica, se sujete a su vez, a una psicoterapia o psicoanálisis, con la mira de acrecentar su capacidad de identificación con lospacientes, permitirse el libre acceso a sus sentimientos y fantasías y por lo tanto al contracto interpersonal idealmente poco distorsionado por sus defensas neuróticas.
La honestidad del clínico comienza por la exploración de los motivos que lo llevan a su elección vocacional. Uno de los motivos más frecuentes, consciente e inconsciente, es la necesidad de reparación de objetos internos oexternos significativos, o de partes de la propia personalidad que se perciben daños.
En el campo de las seudo reparaciones se incluye también la búsqueda del ejercicio clínico como negación maniaca de la propia patología. Uno de sus indicios conscientes, es el deseo de “entenderse”, a través de las lecturas y comprensión intelectual de la causa y solución de la conflictiva con otras personas.
Siel futuro clínico reconoce en sí mismo la necesidad de cambiar o entender ciertos aspectos de su personalidad, debe abandonar la fantasía de lograrlo a través de su ejercicio profesional.
De lo anterior no debe deducirse que, ante inexactitudes, contradicciones, la conducta del buen entrevistador sea pasiva y no aclaratoria. Confusiones, omisiones, contradicciones y aun la simulación, sonproducto de disociaciones en el interior de la personalidad del entrevistado, y no puede pretenderse resolverlas confrontando al paciente bruscamente con ellas. Más aún, el señalamiento de la confusión puede generar gran angustia en algunas personas, pues la remite a su temor a la locura.
Ningún terapeuta honesto y con una mínima de experiencia, se atreve a afirmar, sin conocer en lo más mínimo asu entrevistado, que va a ayudarlo porque la ayuda que puede ofrecerse a alguien, depende tanto de sus necesidades como de las nuestras capacidades, y poco puede saberse de las primeras sin haberlas escuchado.
El placer por el conocimiento, impulso epistemofílico, es requisito imprescindible en todo investigador. Pero en el caso que nos ocupa, su dirección, meta, la mente humana, implica laimprescindible necesidad de ponernos en los zapatos del otro, de identificarnos con él para entenderlo. Pero identificarse con otro y más con un enfermo mental, despierta grandes ansiedades, que naturalmente, tratamos de contrarrestar, a través de mecanismos de defensa habituales. La ansiedad más frecuente en el encuentro con un desconocido se despierta por el temor a la imposibilidad deidentificación con él.
Si socialmente provoca ya, cierta incomodidad iniciar una conversación con alguien de cuya identidad no estamos seguros, para algunos pacientes la incomodidad puede transformarse en ansiedad severa o en verdadero pánico, pues dudoso de su propia identidad, necesita que el otro, el ambiente los defina.
El tuteo indiscriminado es otra forma de negar las diferencias entre el...
Cáp. 03
Devereux, 1967, afirma que el científico del comportamiento no puede ignorar la acción recíproca entre sujeto y objeto, con la esperanza de hacerla desaparecer si durante un tiempo suficiente la ignora. Considera que el acceso a la esencia de la situación observacional la proporciona el estudio del observador, no el del sujeto en observación.
Siendo tan importantela participación del entrevistador en el tipo, calidad y destino de la relación con el entrevistado, la mayor parte de los textos sobre el tema sugiere una larga lista de cualidades y actitudes necesarias o recomendables que debería de poseer aquél. En vista de lo anterior, parece preferible adherirse al punto de vista de Wolberg, 1967, que da como primera regla para psicoterapeutas yentrevistadores, la de ser uno mismo.
Los elementos más importantes del interés, en nuestro caso, son el impulso epistemofílico y la capacidad de identificación con el otro, que se manifiesta como empatía y comprensión. Se insiste reiteradamente en que el que se dedique a la clínica, se sujete a su vez, a una psicoterapia o psicoanálisis, con la mira de acrecentar su capacidad de identificación con lospacientes, permitirse el libre acceso a sus sentimientos y fantasías y por lo tanto al contracto interpersonal idealmente poco distorsionado por sus defensas neuróticas.
La honestidad del clínico comienza por la exploración de los motivos que lo llevan a su elección vocacional. Uno de los motivos más frecuentes, consciente e inconsciente, es la necesidad de reparación de objetos internos oexternos significativos, o de partes de la propia personalidad que se perciben daños.
En el campo de las seudo reparaciones se incluye también la búsqueda del ejercicio clínico como negación maniaca de la propia patología. Uno de sus indicios conscientes, es el deseo de “entenderse”, a través de las lecturas y comprensión intelectual de la causa y solución de la conflictiva con otras personas.
Siel futuro clínico reconoce en sí mismo la necesidad de cambiar o entender ciertos aspectos de su personalidad, debe abandonar la fantasía de lograrlo a través de su ejercicio profesional.
De lo anterior no debe deducirse que, ante inexactitudes, contradicciones, la conducta del buen entrevistador sea pasiva y no aclaratoria. Confusiones, omisiones, contradicciones y aun la simulación, sonproducto de disociaciones en el interior de la personalidad del entrevistado, y no puede pretenderse resolverlas confrontando al paciente bruscamente con ellas. Más aún, el señalamiento de la confusión puede generar gran angustia en algunas personas, pues la remite a su temor a la locura.
Ningún terapeuta honesto y con una mínima de experiencia, se atreve a afirmar, sin conocer en lo más mínimo asu entrevistado, que va a ayudarlo porque la ayuda que puede ofrecerse a alguien, depende tanto de sus necesidades como de las nuestras capacidades, y poco puede saberse de las primeras sin haberlas escuchado.
El placer por el conocimiento, impulso epistemofílico, es requisito imprescindible en todo investigador. Pero en el caso que nos ocupa, su dirección, meta, la mente humana, implica laimprescindible necesidad de ponernos en los zapatos del otro, de identificarnos con él para entenderlo. Pero identificarse con otro y más con un enfermo mental, despierta grandes ansiedades, que naturalmente, tratamos de contrarrestar, a través de mecanismos de defensa habituales. La ansiedad más frecuente en el encuentro con un desconocido se despierta por el temor a la imposibilidad deidentificación con él.
Si socialmente provoca ya, cierta incomodidad iniciar una conversación con alguien de cuya identidad no estamos seguros, para algunos pacientes la incomodidad puede transformarse en ansiedad severa o en verdadero pánico, pues dudoso de su propia identidad, necesita que el otro, el ambiente los defina.
El tuteo indiscriminado es otra forma de negar las diferencias entre el...
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