El Humanismo
“el fin de la historia”. Era un sinsentido, por supuesto. Marx decía que la historia noes otra cosa que el desarrollo del ser humano en el marco de sus cambiantes circunstancias materiales. Lo que Fukuyama proponía era que ese momento marcaba el triunfo definitivo del capitalismo, y que ya no se podría hablar de un más allá. Es más: el sistema capitalista era capaz de satisfacer todas las necesidades humanas, sin necesidad de superarlo. ¿No disponíamos ya de todos los recursos ytécnicas necesarias para hacerlo?
En parte Fukuyama tenía razón. En definitiva, el desarrollo de la sociedad había creado la capacidad para lograr la liberación definitiva del hombre y la mujer de la escasez y el hambre y para cumplir con sus más profundos deseos. Pero entonces: ¿sigue siendo cierto para tanta gente en pleno siglo XXI que, como decía Rousseau, “los humanos nacen libres, y sin embargosiguen encadenados”? Veinte años después de la publicación del libro de Fukuyama, la concentración de la riqueza a través del mundo es cada vez más notoria, viven más personas en la extrema pobreza, y el planeta sigue supeditado a las prioridades destructivas del capital.
La historia, tal como la entendía Marx —es decir, como el proceso de la liberación del ser humano a través del tiempo— estámuy lejos de haber llegado a su fin.
La pregunta que se hacía Rousseau tenia repercusión en las discusiones en las que participaba el joven Marx. El nació en un mundo donde dominaban las ideas de Hegel, que tenían su origen en el momento más optimista de la Revolución Francesa. Pero para cuando Marx las descubre, Hegel ya había perdido su fe en la capacidad de los humanos de transformar el mundocon sus actividades prácticas. Ahora hablaba de la Historia con mayúscula, como una fuerza ajena a lo humano, un poder que se ejercía sobre él. El grupo de los Jóvenes Hegelianos, al que se sumó Marx cuando llegó a la Universidad, retomaban la postura del Hegel anterior y se declaraban rebeldes, dejándose crecer la barba, emborrachándose con regularidad y recitando poesía a voces en las calles deBonn.
Las ideas de por sí no podían cambiar nada, sólo los seres humanos movidos a actuar por ellas. Muerto Dios, y descartado el destino, la historia volvía a mirar hacia los hombres y las mujeres reales cuya actividad acumulada y colectiva impulsaban el cambio. Y además, las ideas cambiaban a su vez en la medida en que la actividad concreta las sometía a la prueba de la práctica. Este era eltema de una de las grandes obras de Marx. A pesar de su brevedad, las Tesis sobre Feuerbach son once propuestas casi epigramáticas que de alguna manera resumen el proyecto revolucionario al que Marx dedicaría su vida y obra a partir de allí, poniendo patas arriba al maestro Hegel
Es importante recordar que Marx escribía en los albores del desarrollo capitalista; apenas se vislumbraba cuál sería...
Regístrate para leer el documento completo.