Extorcion

La extorsión trae funestos efectos
En medio de la vorágine de inseguridad desatada sobre Guatemala, se acrecientan en forma paralela la resignación ciudadana por la debilidad del Estado paracontrarrestar el creciente auge de las extorsiones y la psicosis generalizada frente a ese fenómeno delictivo de amplia repercusión sobre la vida colectiva.
EDITORIAL
La angustia comunitaria por laposibilidad de ser víctima del chantaje económico se explica porque aquella expresión criminal dejó de ser un riesgo contraído a personas de cierto nivel económico, para ampliar sus infames tentáculos haciasectores sociales cuyos miembros subsisten penosamente con el salario mínimo o menos de ese ingreso, como pueden ser tortilleras, albañiles, pilotos, vendedores minoristas, dependientes del comercio yotras actividades.
Preocupa la irracionalidad, la brutalidad y la deshumanización que exhiben los extorsionistas al privar de la vida a personas de ingresos muy modestos que a causa de su manifiestapobreza caen en incumplimiento de los pagos que deben satisfacer a las hordas delictivas como condición para no sufrir represalias.
Aparte del peligro permanente sobre la vida humana, esa extendidaforma de coacción está teniendo otros graves efectos sobre el tejido social, como el aumento de la migración interna y externa, de numerosas personas que optan por el desarraigo para escapar delacoso. No obstante, quienes no tienen tiempo de elegir aquel camino y son asesinados, heredan la pesada carga de viudas y huérfanos.
Las extorsiones originan el cierre frecuente de pequeños negocios depersonas sin capacidad de pagar vigilancia privada, y de igual manera caen ante esa aberración iniciativas y emprendimientos de familias que encontraron en esas actividades la posibilidad desubsistencia que les niega la carencia acentuada y prolongada de oferta laboral.
Por otra parte, las exacciones tienen sumido al país en un temor generalizado que se manifiesta en sobresaltos cada vez que se...